Se llama Sherman, es un erizo y se ha convertido en toda una celebridad por su sobrepeso, que le impedía caminar. No es que el pequeño mamífero fuera perezoso ni que tuviese alguna enfermedad en las patas. El problema de Sherman era que comía demasiado y pesaba 1,6 kilos, el doble de lo que debería.

Al ahora famoso Sherman lo descubrieron en el zoológico Ramat Gan de Israel, el recinto al que lo llevó alguien preocupado tras encontrarlo en la calle, inmóvil. Como a otros erizos, les encanta ‘robar’ la comida que la gente deja a los gatos en los parques. "Mucha gente pone comida en las calles para los gatos callejeros, lo que es muy bueno, pero el problema es que hay otra vida silvestre que se la come", ha declarado Becka Rifkin, cuidador del zoo.

La solución para Sherman ha sido ponerlo a dieta: en dos meses ha perdido 120 gramos. Además, los cuidadores del pequeño glotón le hacen ejercitarse corriendo dentro de un recinto. El objetivo: que vuelva a su hábitat en verano, tras su operación bikini.