Carmen viaja en un bus de la línea regular entre A Coruña y Madrid. "Es una paliza, pero más paliza es la que el Gobierno nos dejó aquí en forma de chapapote". Es una de las 200.000 personas que se desplazaron desde casi todos los puntos de España para acudir a la manifestación de hoy en Madrid en protesta por la gestión de la crisis del Prestige .

Hasta el uniformado conductor del bus piensa manifestarse: "Yo también estaré tras las pancartas de Nunca Máis", confiesa antes de partir. "Sí, sí, sí, nos vamos a Madrid", canta, a modo de despedida, un coro de muchachos con banderas gallegas manchadas de fuel.

La afluencia prevista es tal que el Consorcio Regional de Trenes de Madrid ha aprobado un refuerzo de las líneas de cercanías que llevan a la central de Atocha y un incremento de trenes que conducen a la zona de la manifestación, que parte a mediodía desde la ronda de Atocha y sigue por paseo del Prado, plaza de Cibeles y calle de Alcalá hasta llegar a la Puerta del Sol.

Allí podrán leerse las pancartas "Queremos conocer la verdad" y "Exigimos responsabilidades", tras las que irán marineros y portavoces de la plataforma, y dará paso a los sectores afectados, como mejilloneros, mariscadores, subastadores y pescaderas. Irán, sin pancarta, políticos y sindicalistas.