Querido compañero:

Ya hemos regresado de las vacaciones de Semana Santa para comenzar nuestra tarea diaria, pero esta vez no estamos todos: hay un hueco vacío, ése que tú llenabas con eficacia y entusiasmo.

Tu viaje no ha tenido retorno, de un hachazo tajante se acabó todo.

¡Cuántas cosas se han quedado por hacer! ¡Cuántas ilusiones rotas!

Siempre hiciste bien tu trabajo. Primero en la escuela y ahora en Mérida; pues además de ser directo de Calidad Educativa, también lo eras de Calidez Humana.

¡Qué buenos ratos pasamos juntos los compañeros de promoción (la del 76), recordando los tiempos pasados y comentando nuestras realidades presentes.

Nunca vamos a olvidarte y suponemos que ya habrás tenido alguna reunión con Arturo y José María para tratar algún asunto importante.

Nosotros, desde aquí, seguiremos esforzándonos para conseguir esa Educación en la que creemos.

Siempre te recordaremos, compañero.

Benita Junco Panadero

Maestra