Alconera y Mariandrés son dos esbeltas sierras que se extienden a lo largo de 35 kilómetros, desde Atalaya hasta Nogales. Son sierras calizas hermanas, que representan a la perfección diversas caleras serranas del sur y el oeste de la provincia de Badajoz, de la Sierra Morena central y del centro de Portugal.

Las capas calizas de Osa-Morena son formaciones geológicas muy interesantes; dan lugar a una geomorfología característica y tienen gran importancia en el ecosistema y por las aguas subterráneas que atesoran. Se trata por lo general de capas de calizas tableadas, cuyo origen sedimentario se remonta a los 550 millones de años. Las capas calizas se disponen en posición inclinada, y emparedadas entre capas pizarrosas presentando una fuerte pendiente. Sus aguas subterráneas son abundantes, ya que el agua de lluvia se infiltra rápidamente y circula por las galerías interiores que atraviesan las capas.

En determinadas zonas, como La Hoya de Alconera, proliferaron también unos montículos constituidos por organismos marinos muy primitivos, los arqueociátidos, que representan los primeros arrecifes vivientes de que se tiene constancia en la tierra.

El suelo fértil es muy diferente del común en el territorio, lo que favorece la presencia de una flora también diferenciada. Tradicionalmente se han cultivado olivares, cuya plantación o injerto sobre los acebuches autóctonos a veces se remonta al medievo.

La garriga (monte mediterráneo de las caleras) es la formación vegetal característica, excelentemente representada. Es un espacio relíctico del ecosistema natural, de gran importancia para conservar la flora y la fauna autóctona de Extremadura.

Frecuentes son los alcornocales mixtos con encinar. En las zonas más inaccesibles, se conservan elementos arbustivos de gran porte que forman densos sotobosques de madroño, durillo o labiérnago. Incluso es posible encontrar en puntos muy cercanos al borde occidental de la comarca algunos pies de quejigo, representado por dos especies: quejigueta, en el área de Valle de Santa Ana, y quejigo andaluz, en Salvatierra de los Barros.

Ligados más a la humedad del suelo que al clima, aparecen bosques riparios o de rivera, con formaciones en galería de fresnos, sauces, olmos, chopos, junto a especies meridionales y termófilas como la adelfa, taray, tamujo y almez. También en este hábitat aparece el raro jacinto estrellado.

Otros elementos florísticos típicos son (en nombre latino) Andriala laxiflora, Armeria genesiana, Bufonia tenuifolia, Cytisus multiflorus, Cytisus striatus y Digitalis mariana subsp.heywoodii. En el sotobosque de umbría son frecuentes especies trepadoras o semitrepadoras como Lonicera implexa, L. etrusca, Aristolochia paucinervis, Brionia dioica, Hedera helix, Solanum dulcamara, Rubia peregrina, Smilax áspera.

Igualmente, se establecen excepcionales comunidades de orquídeas por la extraordinaria diversidad que presentan.

Estas sierras gozan de una gran diversidad faunística por su condición de ecotono (frontera entre ecosistemas distintos) se encuentran incluidas en el Inventario de Areas importantes paras las Aves. Cabe destacar una importante comunidad ornítica nidificante: cigüeña negra, águila culebrera, águila calzada, milano real, gavilán, búho real y cárabo. También caben citarse pequeñas aves como el trepador azul, agateador común, mito, colirrojo real...

Existen dos enclaves que gozan de la declaración de Lugar de Interés Comunitario: Sierra de María Andrés, por su interés botánico; y Cuevas de Alconera, por su población de murciélagos.

PROBLEMATICA AMBIENTAL

Las innumerables canteras a cielo abierto en la zona provocan la ruptura del paisaje, destrucción de la flora y expulsión de la fauna, amén de afecciones al equilibrio hídrico de los drenajes superficiales y subterráneos, y las que repercuten directamente sobre el ser humano (emisión de polvo en suspensión, contaminación acústica ...). Además de ambientales, estos problemas tienen mucho de sociales, culturales, políticos y económicos. Podrían evitarse o minimizarse con una aplicación más rigurosa de los planeamientos urbanísticos locales y normativas a nivel autonómico, nacional y comunitario. El complejo cementero de Alconera, ya en ejecución, resulta injustificable por sus graves afecciones ambientales, calificables de críticas e irreversibles.