En las dos próximas semanas, Gobierno y sindicatos mantendrán una intensa actividad dialogadora sobre la reforma de las pensiones, en la que el Ejecutivo se juega una nueva huelga general. Esta se convocará a mediados de enero si para entonces el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, no ha renunciado a imponer el retraso de la edad de jubilación a los 67 años, tal y como le volvieron a pedir ayer UGT y CCOO.

Para Cándido Méndez la ruptura, por primera vez, de la unanimidad parlamentaria en el Pacto de Toledo debería hacer reflexionar al Gobierno sobre su intención de imponer el "error" de retrasar el retiro. Dada la falta de apoyo político y social a sus tesis, Zapatero, le aconsejó Méndez, debería renunciar a este polémico asunto antes de aprobar el proyecto de ley el 28 de enero.

Antes de esa fecha, el 11 de enero, el consejo confederal de CCOO estudiará los resultados de las reuniones con el Gobierno y, si no hay rectificación, convocará una campaña de movilizaciones, incluida la huelga. La "línea divisoria entre el acuerdo y el conflicto" es el retraso obligatorio de la jubilación.