El 29 de junio del 2007, apareció en el mercado de EEUU el primer smartphone, el revolucionario iPhone, que llegó a Europa a finales de ese año. En menos de una década, el teléfono móvil se ha convertido en el principal apéndice del entorno digital en el que ya nos movemos. Esta realidad la vemos la mayoría. Pero también hay quien, tan claro lo tiene, que va más allá: «El móvil se va a convertir, si no lo es ya, en el centro de mando de absolutamente toda nuestra vida. Quien conquiste el espacio del móvil ganará la batalla digital».

Esta lapidaria frase sobre una -no muy lejana- sociedad futura digital es de Pablo Romero, quien formó parte del equipo que en 1994 puso en marcha la primera plataforma de tele por satélite en España y en el 2011 ideó Yomvi, primera plataforma de contenidos audiovisuales por internet que hubo en el país. Yomvi mostró el camino hacia donde va la televisión. Y detrás de esta nueva tele, todo lo demás: el internet de las cosas.

De hecho, es la televisión (el entretenimiento y la comunicación audiovisual, en general) la que está abriendo el camino hacia la nueva revolución digital, y el smartphone es su brazo armado. «El móvil es el siguiente estadio en el desarrollo de la distribución televisiva, una distribución que rompe con todo lo establecido en la tele tradicional [unidireccional], al aparecer la movilidad y, sobre todo, las redes sociales, capaces de ser centros de producción y distribución de noticias [omnidireccionalidad]», explica Romero, quien pone como ejemplo Snapchat, que hace furor entre la primera generación digital nativa [los denominados millennials, de 18 a 34 años] y que ya tiene asociados periódicos y canales de tele como suplemento de su actividad principal de comunicación en red.

SIN COMPETENCIA / Pero hay otras redes sociales más conocidas por la denominada generación perdida (la generación X, de 35 a 45 años), como es Facebook, que presenta una opción muy utilizada por sus millones de usuarios: la comunicación instantánea. Así, un usuario de Facebook puede explicar a todos sus familiares, amigos y conocidos en la red que está de vacaciones en Bruselas, que ha oído el bombazo del metro en el centro, pero, tranquilos, se encuentra bien y a salvo... Es solo un ejemplo de lo que ya nos depara la comunicación en el 2016. ¿Qué medio de comunicación tradicional puede competir contra esto? Y es solo el principio.

Este ejemplo es para Romero una demostración de que «la tecnología está superando a una velocidad de vértigo a la tele lineal». «Estamos pasando la puerta del broadcast, la televisión tradicional, y entrando en la del broadband, la banda ancha digital», añade. Y es en el desarrollo de la banda ancha donde el creador de Yomvi ve la gran revolución digital en ciernes, «de la que aún no nos podemos ni imaginar hasta dónde puede llegar». Es lo que denomina branded content. «Una marca comercial ya no necesita los canales de distribución clásicos de televisión para llegar a su mercado potencial, a su cliente concreto, lo puede hacer directamente a través de las redes sociales -explica-. La marca puede hacerse su propia pantalla. Es lo tradicional contra lo digital».

«Gracias a las posibilidades de la banda ancha digital, las nuevas marcas entran en contacto directo con sus clientes. Este viaje de las marcas a los nuevos medios de comunicación directos ya lo están empezando a realizar empresas como Coca Cola, Red Bull... y BBVA en España, que ha contratado a Ferran Adrià para crear nuevos contenidos», apunta Romero. «Lo único que les falta a las marcas para enganchar a su cliente es un contenido atractivo y relacionado con su imagen positiva -subraya-. Es un producto audiovisual de nueva creación que abre un mundo de posibilidades para los creadores de contenidos... Ya no hay diferencia de soportes. Auguro una auténtica fiesta de creatividad. Ahora el dilema se lo plantean los medios de comunicación tradicionales: ¿cuál es su rol en la era digital?»

Una anécdota: el primer espot publicitario de aquel primitivo iPhone del 2007 se emitió en la gala de los Oscar (películas) que transmitió la cadena de tele (convencional) ABC.

AL PRINCIPIO DE TODO / En estos nueve años, el mundo ha girado mucho, pero la tecnología más, y ya está a la vista el 5G en la telefonía móvil. ¿Qué puede pasar cuando se ponga en marcha? Ante esta inminente realidad, que multiplica por 10 la velocidad de descarga de datos del actual 4G (de un gigabite por segundo a 10 gigabites), Romero también lo ve claro: «Estamos al principio de todo. Es como si ahora viviéramos en la televisión en blanco y negro de 1959, ante todo lo que está por venir, por desarrollar».

Los datos corroboran las predicciones de Romero: se calcula que hoy existen 6.400 millones de dispositivos conectados en el mundo, y la prestigiosa empresa de análisis de nuevos mercados Gartner augura que en el 2020 serán ¡20.800 millones!

«Creo que el futuro, más allá de la comunicación, está en la movilidad -resume Romero-. Ya estamos viendo y viviendo cómo el móvil se está transformando en algo más que un teléfono portátil: será centro de comunicación y base de algo tan ambicioso y vital como es el internet de la cosas, todo se gestionará a través de él y de aplicaciones directas [apps] entre marca y cliente. Porque lo que busca la marca es contactar con el usuario final. Y lo fundamental es tener sus datos. Las grandes empresas, del BBVA a El Corte Inglés, quieren tus datos para gestionar tu economía. Marca y cliente necesitan el móvil para ese contacto directo. Y el lenguaje entre ambos son las apps». Un dato que apunta David Lahoz, directivo de Carat, y que corrobora la predicción de Romero: en el 2015 se facturaron a nivel mundial más de ¡14.000 millones de dólares (12.280 millones de euros) en apps para móviles! Creatividad, contenidos para un nuevo mundo... Lo dicho, quien conquiste el espacio del móvil ganará la batalla digital. «Y para ello no necesitan ni de Mediaset ni de Atresmedia», apunta Romero.

ROL TRONCAL / En esta línea está Lahoz, quien, en un reciente estudio que ha dirigido sobre hábitos de consumo de las nuevas generaciones digitales, afirma que los dispositivos móviles «tienen y tendrán cada vez más un rol troncal en la vida de los consumidores. Como parte principal de su comunicación, ocio y productividad, se han convertido en punto de contacto estratégico para las marcas. Es, además, en este nuevo territorio donde se están definiendo nuevos modelos de relación y comunicación en la que la industria publicitaria tendrá que reinventarse para explotar el potencial de los dispositivos inteligentes».

Esta revolución digital tiene dos puntos de apoyo principales: la tele y las nuevas generaciones de nativos digitales (X, Z, millennials), que nacieron con un móvil en la mano y son los que ven la tele de otra manera. Y, por ley de vida, la van a imponer.