SOBREVIVIR A una caída de 56 metros de altura es una hazaña, pero pasar 45 minutos en las aguas heladas después del gran salto y vivir para poder contarlo es casi un milagro. Un hombre de unos 35 años se tiró ayer a las cataratas del Niágara y reapareció en el río poco después. Alertados por varios turistas, los equipos de rescate intentaron ayudarlo, pero el individuo nadó en dirección contraria a la corriente y se agarró a un tronco. Un helicóptero privado utilizó el aire generado por sus rotores para empujarlo hasta la orilla, donde finalmente fue rescatado con síntomas de hipotermia.