La vuelta al cole ya está aquí y con ella la frenética actividad de los grupos de madres y padres de WhatsApp (si es que alguno cerró por vacaciones). Estos chats, que parecen haber llegado a la vida educativa para quedarse, tienen la finalidad de seguir el progreso escolar de los más pequeños, pero muchas veces derivan en una herramienta para cuestionar el trabajo de los docentes, controlar la agenda de tareas de los niños y hasta en un foro de chismorreos, comentarios banales y puyas entre progenitores.

Populares y odiados a partes iguales -en Facebook ya hay una 'sección' dedicada a las "valientes" madres -mayoritarias en estos grupos- que se atreven a abandonar el chat de la clase de sus hijos-, incluso la Policía Nacional acaba de salir a la palestra para poner orden y pedir a los padres que usen estos foros que, ante todo, "siempre respeto" y "buen rollo".

No es la primera vez que la Policía avisa de los peligros del mal uso de este tipo de herramientas. El pasado mes de mayo también utilizó su cuenta de Twitter para desmentir un rumor que se había extendido, sobre todo, en estos grupos de WhatsApp, y que aseguraba que había aparecido una nueva droga -dulcecitos papá y mamá- y que un padre la había descubierto en la mochila de su hijo.

CRÍTICAS DE LOS MAESTROS

La comunidad educativa también viene alertando del desmadre de estos chats. El sindicato ANPE (Asociación Nacional de Profesores Estatales) ha constatado un aumento de las quejas de los maestros sobre la difusión de falsas acusaciones y malentendidos contra ellos a través de la red social.

"Los grupos de WhatsApp son privados pero la información que se comparte es pública", advierte Sonia García Gómez, de ANPE. "Nunca sabrás dónde pueden terminar los comentarios o las imágenes que has enviado al grupo".

"La bidireccionalidad está entre padre e hijo y alumno y profesor. Todo lo que está en el exterior no aporta", apuntaba el psicólogo Javier Urra en una entrevista publicada en '20minutos' en mayo. Otros expertos, además, señalan que esta herramienta sobreprotege al menor restándole autonomía y responsabilidad.

Para García Gómez "es importante que los centros educativos sensibilicen sobre el buen uso de esta herramienta a través de circulares o de alguna jornada del buen uso del WhatsApp". Desde el sindicato de profesores son partidarios de que, cuando haya un grupo que funcione correctamente, "tendría que aplicarse la normativa referente a convivencia escolar para erradicar este tipo de problemas lo antes posible".

MANUAL DE UN BUEN USO

Para los padres que aún quieran seguir participando en estos grupos, he aquí algunos consejos de buen uso.

1/ "Mi hijo no lo ha puesto en la agenda y no sabe qué ejercicios hay que hacer para mañana" es un clásico de los grupos del cole y un ejemplo de hasta qué punto algunos padres les llevan las agendas a los niños vía chat. Los expertos aconsejan, sin embargo, que hay que ayudar a los hijos a "aprender a ser más responsables y escuchar más en clase. Ser más autónomos y solucionar ellos mismos sus problemas".

2/ "Este profesor no me gusta" es otra frase recurrente en algunos grupos. Hay que rehuir de este tipo de críticas destructivas, ya sea de docentes, padres o compañeros. El foro no es el lugar para criticar al profesorado ni su labor. Si "pone demasiados deberes" o "pocos durante las vacaciones" es mejor hablarlo directamente con él.

3/ "Bla, bla, bla". Si no hay nada útil, informativo o interesante que decir al grupo es mejor no escribir nada. Mantener la justa correspondencia. Por ejemplo, si alguien pregunta por el calzado olvidado de su hijo en clase, y no sabes nada, no hace falta contestar "Mi hijo no lo ha traído".

4/ "A mí me han dicho", "me han comentado". Las dudas y rumores no aportan nada educativo.

5/ La privacidad es sagrada. No hay que compartir contenidos que atenten contra la privacidad de nadie ni resulten ofensivos. Respeto.

6/ Emoticonos los justos. Hay cosas que necesitan aclararse. No siempre una imagen vale más que mil palabras.

7/ Mantén tu criterio. Se debe expresar siempre la opinión personal y, si es preciso, la disconformidad.

8/ Nunca sustituir la comunicación cara a cara por un mensaje de WhatsApp.

9/ Va bien silenciar de vez en cuando el grupo (cuando la conversación supere nuestra paciencia y/o la información que se aporta en ese momento no es interesante).

10/ Una retirada a tiempo puede ser una victoria.