El PP y algunos obispos se quedaron ayer solos en la defensa de las críticas realizadas el lunes por Juan Pablo II al Gobierno por un "laicismo" que "cercena la libertad religiosa". La plana mayor del PP pidió "respeto" y consideró justificadas las críticas, y las autoridades de las comunidades valenciana y murciana aplaudieron las palabras del Pontífice por su defensa del trasvase del Ebro.

"Los socialistas han elegido como objetivo de sus cruzadas a los jueces, a EEUU y a los católicos. Es un error", sentenció el líder del PP, Mariano Rajoy, al tiempo que anunció que su partido dará la "batalla" para mantener la regulación de la clase de Religión evaluable aprobada por el anterior Gobierno.

AGRADECIDOS El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, mostró su agradecimiento "profundo" al Papa por su defensa del "principio de la solidaridad" en relación al agua. A juicio del jefe del Ejecutivo valenciano, este principio es fundamental para entender el Plan Hidrológico Nacional (PHN).

Por contra, el Gobierno de Aragón, el Ministerio de Medio Ambiente y los movimientos antitrasvase criticaron que el Papa se haya involucrado en un tema de política interna. "Está mal informado", dijo el vicepresidente del Gobierno, José Angel Biel.

El ministro de Defensa, José Bono, católico confeso, consideró "injustas" las críticas y advirtió de que el "comportamiento obsoleto" de las autoridades católicas "aleja a la gente de la Iglesia". En Europa "no hay ningún país que trate a la Iglesia mejor que el Gobierno de España en el cumplimiento de los acuerdos estatales", subrayó.

Desde dentro de la Iglesia Católica, el expresidente de la Asociación de Teólogos Juan XXIII, Enrique Miret Magdalena tachó el discurso de "desproporcionado". "El Gobierno no tiene intención de atacar a la Iglesia sino todo lo contrario, es sensible a la religión y está abierto al diálogo. Lo del PHN no tiene sentido. Los católicos somos mayores de edad para debatir nuestros puntos de vista. No se puede exigir la Gobierno unas leyes que sean igual que los principios morales de la Iglesia", avisó.