Solo seis mujeres han sido magistradas del Tribunal Constitucional en 40 años. Y eso que en su primer año hubo una: la economista Gloria Begué, ya fallecida. Durante los 18 años siguientes se olvidó esta tendencia y después de ella solo han sido designadas otras cinco. Ninguna de ellos lo ha sido en el turno de renovación que le corresponde al Gobierno o al Consejo General del Poder Judicial y ninguna de ellas era jueza.

Solo la actual vicepresidenta, Encarnación Roca, llegó desde el Supremo, pero a este tribunal llegó con el turno de juristas. Desde esa posición híbrida fue la encargada de verbalizar una trayectoria que desde la incorporación de María Emilia Casas en 1998, y la posterior de Elisa Pérez Vera, ha convertido en costumbre que solo dos de los 12 magistrados que forman el tribunal de garantías sean mujeres y que detenten la presidencia (en el caso de Casas) o la vicepresidencia.

Durante la celebración del Día de la Mujer dentro de los actos que conmemoran los 40 años del Tribunal Constitucional, quien fue su presidenta durante los convulsos años en los que revisó constitucionalmente el Estatut catalán lo definió como "la cuota al revés".

La crítica a los responsables de la composición del TC y de su renovación se produjo por las cuatro intervinientes: Roca, Casas, Pérez Vera y Adela Asúa. Solo faltaba en la mesa María Luisa Balaguer, que es una de las magistradas actuales del tribunal.

Renovación pendiente

Respeto a la renovación, Roca dijo estar "un poco caducada", pero justificó que siga en el tribunal con "los yogures que se pueden comer después de pasada la fecha", mientras que Casas se preguntó qué pasaría si alguien se planteara que las elecciones no fueran cada cuatro años y se retrasaran infinito, como ocurre con la renovación de los órganos constitucionales. Asúa recordó el discurso de quien su presidente, Francisco Tomás y Valiente, cuando recordó que "las instituciones ganan o pierden prestigio por lo que hacen pero también por lo que se hace con ellas", en referencia a lo que tarda su renovación.

En sus turnos, aprovecharon para recordar a otras mujeres ilustres: Casas a Concepción Arenal y Pérez Vera, a Clara Campoamor, para denunciar cómo la composición del TC olvida la realidad de la sociedad española para contentarse con incluir solo dos mujeres cada nueve años.