El accidente del avión de Spanair que se estrelló en Barajas el 20 de agosto de 2008 y provocó la muerte de 154 personas se debió, entre otras causas, a un mal diseño de la aeronave y a la distracción de los pilotos antes de despegar, según el informe que hoy ratificará ante el juez la compañía.

La defensa del informe interino de los peritos de Spanair ante el magistrado del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid, Juan Javier Pérez, que investiga las causas del siniestro, está previsto que se lleve a cabo durante tres días..

El documento, fechado el día 11 de agosto, tiene 96 conclusiones y de las que se desprende que en el diseño del TOWS (sistema de alarma de configuración inadecuada para el despegue del avión) se obvió la probabilidad de un error de la tripulación en el ajuste correcto del mismo.

"La responsabilidad de garantizar la aeronavegabilidad del diseño y los requisitos básicos del mantenimiento de los sistemas críticos para la seguridad del vuelo recaía sobre Boeing" -propietaria de McDonnell Douglas, fabricante del avión-, dicen los peritos de Spanair.

Spanair resalta que los dos pilotos del avión estrellado estaban "correctamente habilitados" para realizar el vuelo, pero apunta a una "falta de la disciplina necesaria" en cuanto a que no confirmaron "debidamente" la configuración de los "slats" y "flaps" para el despegue.