El semanario Stern abrió ayer una guerra periodística en contra del caso Natascha Kampusch, la joven austriaca secuestrada desde su infancia hasta su juventud (ocho años en total) por Wolfgang Priklopil, muerto por suicidio tras escapar su víctima. La madre de Natascha, Birgitta Sirny, conocía al raptor de su hija. La revista sustenta la acusación en el testimonio de una vecina, Anneliese Glaser, que asegura que reconoció a Priklopil cuando se publicaron sus fotografías como el hombre que había entrado en alguna ocasión en una tienda de alimentos en la que trabaja la madre.

La historia de Kampsuch ha conmocionado a Austria, pero los claroscuros del suceso han abierto muchos más interrogantes que respuestas. Ese terreno en barbecho ha comenzado a ser abonado por Stern . "Una madre asquerosa" que pegaba a la niña antes del secuestro. Así define la vecina, en el semanario, a la madre. El abogado de la joven, Gabriel Lansky, que también aparece en el artículo, esquiva esa cuestión y defiende que la relación actual entre madre e hija es "hermosa y de confianza". "En el pasado pudo ser diferente, pero se escapa a mis conocimientos ya que estamos frente a un caso de relación traumática", afirma el abogado.

Pero el semanario germano insiste en que el drama de Natascha comenzó antes del secuestro. Las revelaciones de Stern son extremadamente atrevidas, pero no se es un semanario sensacionalista. Publica desconcertantes afirmaciones que, eso sí, no se sustentan aún con con pruebas. Entre destaca unas fotografías en las que Nastascha aparece vestida con botas altas y una vara en la mano.