La transición política es el gran éxito de la España del último tercio del siglo XX. Cómo se consigue pasar, en menos de cuatro años y sin violencia ni desgarros, de una dictadura a una democracia es todavía hoy un caso que despierta interés y admiración en todo el mundo. Ferran Gallego ha sintetizado en El mito de la transición más de 800 páginas la apasionante historia de la transición, que --asegura-- tiene mucho de mito.

--Dice que la transición fue un mito, pero existió.

--También es un mito. A veces parece que la Constitución era el objetivo. Como si, al morir Franco, el régimen hubiera querido transformarse en democracia.

--¿Qué quería?

--Conservar el poder. Hacer adaptaciones mínimas y que los franquistas siguieran mandando.

--¿Y qué pasó?

--Muerto Franco, se pasó al Gobierno Arias-Fraga, con Areilza en Exteriores y Garrigues en Justicia. Y con Suárez secretario general del Movimiento. Pero fracasó porque no aguantó presiones contrarias. Los inmovilistas boicotearon la reforma política.

--¿Y la oposición?

--Mostró fuerza en la calle y estaba conectada con las grandes fuerzas europeas.

--¿Y?

--Arias cayó y le sustituyó el azul Adolfo Suárez, la cara presentable del Movimiento.

--¿Por qué Suárez, casi un desconocido? De la Cierva escribió al día siguiente en El País el famoso ¡Qué error, qué inmenso error, Dios mío!

--Fernández Miranda dijo que le había dado al Rey lo que le había pedido, una terna con tres familias del régimen: Silva (católicos), López Bravo (tecnócratas) y Suárez (azules).

--¿Por qué no Areilza o Fraga?

--Areilza se alejó del régimen demasiado pronto. No inspiraba confianza y había apostado por don Juan. Y Fraga también había jugado a la ambigüedad.

--¿Y por qué no López Bravo, el modernizador económico?

--El Movimiento era la estructura política del régimen, los gobernadores civiles y jefes provinciales del Movimiento. Suárez había montado una asociación, la Unión del Pueblo Español (UPE), y defendió bien la ley de asociaciones. Era un azul del régimen y tranquilizaba. Luego, supo arriesgar y ganó.

--Un falangista para liquidar el franquismo.

--Aprendió de Fraga, víctima de la indecisión, y no quiso que le pasara lo mismo. En la segunda mitad de 1976, pasó a la ofensiva y lanzó la ley de reforma política. La oposición vio que tenía fuerza contra Arias y Fraga, pero no podía derribar al régimen. Y se vio forzada a pactar.

--Ruptura pactada. Incluso pactaron la ley electoral, aún vigente.

--Pactaron menos. Herrero de Miñón, padre de la ley, ha dicho que no se pactó dicha ley. Lo que sí se pactó fue ir a unas elecciones.