Por sorpresa. Por seguridad. Por consenso. Unos 500 operarios que trabajan para empresas subcontratadas por Repsol YPF se negaron ayer a entrar en el complejo petroquímico de Puertollano (Ciudad Real). Tampoco tienen pensado hacerlo hoy. Ni mañana. ¿Por qué? Es su manera de protestar por la muerte de seis trabajadores, fallecidos tras el descomunal incendio ocurrido el pasado jueves en la refinería.

Pero ayer la protesta no se quedó ahí. Horas después del plante, cientos de trabajadores reventaron la concentración organizada por los sindicatos. Durante casi una hora, los operarios no se cansaron de gritar "hijos de puta" a los dirigentes sindicales, a quienes acusaron de ser "unos vendidos". A pesar de la enorme tensión y de que se registraron algunas agresiones --el máximo dirigente de UGT, Cándido Méndez, tuvo que salir protegido-- no hubo heridos.

Los trabajadores subcontratados llegaron puntuales a su puesto de trabajo, a las ocho de la mañana. Sin embargo, ninguno entró por la puerta número 9, la que pertenece al personal que no está contratado directamente por Repsol. Se quedaron ahí hasta las tres de la tarde.

Nadie resultó herido, pero se oyeron gritos. Y, sobre todo, críticas. "Esto se veía venir. Es una vergüenza", voceó un trabajador.

El blanco de los reproches fue, evidentemente, la dirección de la petrolera. "Que se pongan como yo, aquí a currar así", dijo un obrero en alusión a la falta de medidas de seguridad. Otro compañero, Angel Trujillo, fue más allá: "La dirección miente diciendo que hay medidas de seguridad. Ellos creen que con unas gafas, un cinturón y unas botas ya es suficiente".

ESCASA HIGIENE

Andrés, otro currante, criticó también la escasa higiene. "No nos limpian los vestuarios. Comemos entre ropa sucia. No tenemos baño. Para dar de vientre tenemos que ir al campo con el papel traído de casa".

Por si la dirección de Repsol no tuvo bastante con la protesta de los empleados, el vicepresidente de Castilla La-Mancha, el socialista José María Barreda, añadió más leña al fuego y criticó el "escaso nivel de especialización" que tienen los empleados de algunas subcontratas.

En la refinería de Puertollano, Repsol tiene casi 50 contratas. Unos 920 empleados son personal directo de la multinacional. Otros 500 están subcontratados, aunque la cifra varía en función de las necesidades.

Las declaraciones de Barreda sentaron muy mal en la empresa Isotrón, una de las contratas a la que pertenecían cuatro de los seis fallecidos.