La mejoría del tiempo en la jornada del sábado permitió al submarino francés acercarse de nuevo a la zona del hundimiento del Prestige , donde ayer pudo realizar una nueva inmersión tras más de una semana de inactividad por los fuertes temporales. En su nueva misión, el batiscafo logró rellenar con sacos de granalla, una especie de metal granulado, una de las fugas existentes en la proa del petrolero. En las cinco horas que permaneció bajo el agua, comprobó también que por otra de las fugas, ya taponada, sigue sin salir fuel.