Cada año hay en España unos 40.000 intentos de suicidio, y un total de 3.421 acabaron en muerte en el 2008. La cifra, escalofriante, es ya superior a los 3.021 muertos por accidentes de tráfico, según divulgó ayer el INE. Sus datos explican el cambio porque las muertes sobre el asfalto se redujeron un 28,7% desde el 2006. Pero también durante esos dos años los suicidios subieron un 4,6% y, según los expertos, constituyen tal un problema que deberían merecer una mayor atención política, sanitaria y ciudadana.

"Se ha encendido la luz naranja y vamos camino de la roja, si no se pone en marcha de manera urgente un plan de prevención a nivel nacional, como se ha hecho con el tráfico", subrayó Julio Bobes, presidente de la Sociedad de Psiquiatría Biológica.

Los expertos creen que hay que conocer mejor los factores que desencadenan un suicidio, pero tienen claro que en la base de estos comportamientos hay una carga genética, trastornos mentales, depresión, aislamiento social, falta de acceso a los servicios de salud o elementos ambientales externos de tipo conflictivo y estresante como el consumo de drogas. "Hay que trabajar con los principales grupos de riesgo, los jóvenes y los ancianos", apuntó Bobes.

Para Pilar Saiz, profesora de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo, faltan programas para detectar desde la escuela personas en riesgo y luego pedir ayuda a los profesionales, ya que los suicidios suelen ser resultado de una fase de elaboración previa y avisan con expresiones del tipo "es la última vez que vengo" o "que me veis".

Bobes y Saiz ven importante que los médicos manejen estas claves, ya que se ha comprobado que más del 50% de los suicidas habían pasado por consulta el mes antes. "Somos la puerta de entrada de las personas con ideas suicida. Algo está fallando. Nos hace falta más formación y más tiempo por paciente para detectarlas", dijo María Jesús Cerecedo, de la Sociedad Española de Médicos de Familia y Comunitaria.

Los cánceres de pulmón en las mujeres, y el alzhéimer y las demencias en ambos sexos, fueron las enfermedades mortales que más crecieron en el 2008. La cifra global de muertes ese año fue de 386.324 personas.