El PP lleva días, de forma suave y sin estridencias, marcando distancias con la obcecación del ministro José Ignacio Wert con endurecer el acceso a las becas. Primero fueron los barones autonómicos del PP, los que precisamente suelen expresar con menos disimulos su malestar con determinadas decisiones del Ejecutivo, los que contribuyeron a que el titular de Educación diera marcha atrás en su intención de restringir las ayudas en el bachillerato. De nuevo ayer varios mostraron su rechazo a que el Gobierno suba hasta un 6,5 la nota para acceder a una beca en la universidad. Pero esta vez a su resistencia se sumó uno de los máximos responsables del PP.

El portavoz de los conservadores en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, dijo alto y claro que en el sistema de becas lo primero es garantizar la igualdad de oportunidades y "que nadie deje de estudiar porque no tiene dinero para hacerlo". "La peor beca es la que no existe", sentenció. Por todo ello, abogó por que se ayude a las personas con menos recursos a estudiar, aunque "se pueda primar el esfuerzo" de alguna forma.

De esta manera Alonso que --junto a José Antonio Monago, el presidente extremeño, se está conviertiendo en una especie de Pepito Grillo del PP--, dio a entender que si el partido tuviese que evaluar en el tema de las becas a uno de los pocos ministros que no salen de sus filas, quizá no le diera siquiera el aprobado.

Y más teniendo en cuenta la actitud de Wert, que lejos de calmar las aguas, provoca un maremoto cada vez que habla, echando por tierra la estrategia del Gobierno y el PP de centrar su mensaje en la necesidad de reformar el sistema educativo. El PP tiene previsto poner en marcha, esta semana, una campaña para explicar a los cuatro vientos las supuestas bondades de la ley de educación y contrarrestar así la lluvia de críticas que la conocida como ley Wert ha recibido, especialmente por su ataque a la inmersión ligüística y las concesiones a la Iglesia. Sin embargo, las manifestaciones del ministro el lunes, en las que sugería que los universitarios sin recursos que no alcancen el 6,5 deberían dejar la carrera, vuelven a poner el foco en un tema para los populares anecdótico, diluyendo así su intención de centrar el mensaje en lo que verdaderamente les interesa: vender la necesidad de mejorar la calidad en las aulas. Ese mismo día, María Dolores de Cospedal evitó fotografiarse con Wert en una reunión en la sede del partido. Fuentes del PP lo achacan a un problema logístico, pero lo cierto es que la número dos de los conservadores eludió mostrar en público su cercanía con el ministro.