Demasiadas cosas en contra tuvo Talavante en la corrida que protagonizó en solitario, en la que valdría aplicar la estereotipada frase de "con más pena que gloria", clara definición de lo que pasó en los seis toros. Y todavía habría que matizar, que fue "lo que no pasó".

Aunque no faltan razones para una hipotética disculpa, principalmente la de la falta de toros apropiados. La dificultad añadida del viento. Y el frío, que lo contagió todo. Todo eso y el alma encogida a partir del tercer astado. A Alejandro Talavante le pudo tanto inconveniente, su propia falta de recursos, y no se diga de repertorio.

El diestro de Badajoz había estado correcto en el primero, en un trasteo de quietud y temple al mejor toro del encierro, en el que incluso llegó a "tragar", muy firme ante un par de parones del animal. Y gustándose en la interpretación. Sin embargo, faltó redondez, y sobre todo hubiera sido necesaria una espada más contundente.

La segunda faena no llegó a tomar vuelo a pesar también de los buenos apuntes que tuvo en la apertura. Aquí se agotó el toro antes que el torero. Y a partir del tercero, ni atisbo de faenas. Sin llegar a desentenderse el torero, tampoco hubo un compromiso por su parte para levantar la tarde. Flojísimo ese tercer toro, quebrantado aún más por un volatín en las probaturas con la muleta.

El cuarto iba y venía a su aire, sin decir nada, demasiado soso. El quinto se movió, pero sin clase, muy deslucido, aparentemente tomaba el primer muletazo y al siguiente "se metía". El sexto tuvo de todo lo malo, por inválido y por manso. A Talavante le pudo tanta contrariedad. El balance de una ovación, y silencios y pitos, no puede ser más desolador. Pero el extremeño todavía tiene la oportunidad de dos corridas en San Isidro y el Aniversario. A ver si es capaz.

OREJA PARA PERERA Mejor suerte corrió el también extremeño Miguel Angel Perera, que a pesar de resultar herido, consiguió cortar una oreja. Durante la corrida de ayer, el torero de Puebla de Prior tuvo que pasar por la enfermería tras resultar prendido mientras realizaba un quite por gaoneras al segundo toro del festejo que se está celebrando en Málaga, réplica de otro del mismo corte a cargo de José Tomás, regresando minutos después al ruedo para dar cuenta del primer astado de su lote al que cortó una oreja.

Perera fue alcanzado en el tercio inferior de la pierna izquierda al quedarse descubierto por el viento. El toro se metió por el pitón izquierdo, lanzando un derrote seco que alcanzó de lleno al torero, que, sangrando casi de inmediato, precisó atención médica.

Pero quince minutos después volvió a salir Perera, visiblemente herido, para lidiar su toro, al que realizó una gran faena, de quietud y capacidad, que le valió para cortar una oreja de mucho peso. Antes, José Tomás había paseado un trofeo del segundo toro, mientras que Javier Conde fue pitado en el que abrió plaza.