Tamara Navas Saldaña, de 9 años, fue violada y asesinada en la cama de Juan Miguel Cerrillo, un albañil de 48 años y único acusado del crimen que se cometió en marzo de 2001 en Salou. Las dos forenses que testificaron ayer en la vista oral con jurado popular que se lleva a cabo en la Audiencia de Tarragona explicaron que la sangre encontrada en el colchón, en la manta y en las cuerdas que sirvieron para atarla al somier era de Tamara.

Las doctoras relataron que había marcas en las muñecas de la niña que revelaban "una fricción importante y duradera", por lo que estaba viva cuando fue maniatada y se deduce que se resistió. La causa de la muerte fue un choque traumático debido a la agresión sexual, que le provocó graves lesiones, aunque tampoco descartaron la asfixia por estrangulamiento al detectarse coágulos en el cuello de la víctima. Varios miembros del jurado se sintieron indispuestos al escuchar la cruda descripción de lo sucedido.

Oscar Cabrero, abogado defensor, reiteró que Cerrillo es inocente y aseguró que "no se detectaron restos de sangre, de semen o de ADN de Cerrillo en el cuerpo de Tamara". Cabrero se aferró a la declaración del propio Carrillo, que sostuvo que una mañana se topó con el cadáver en su casa y convivió casi un año con él porque "no sabía que hacer". Las forenses comentaron que al transcurrir meses desde el óbito hasta el examen del cuerpo "muchos signos genéticos desaparecieron".

LAS PRUEBAS Tom s Gilabert, letrado de la acusación particular ejercida por los padres de Tamara, destacó que lo importante no eran este tipo de huellas, que han podido deteriorarse por el paso del tiempo, sino que la niña murió en casa del procesado y en su cama. "Sabíamos que era muy difícil hallar ADN u otras muestras orgánicas del encausado que le relacionaran con la niña, pero nos basamos en una serie de pruebas circunstanciales que conducen, sin ningun tipo de duda, a demostrar la autoría de Cerrillo", dijo.

Las psicólogas y psiquiatras que intervinieron en la sesión de ayer revelaron que el imputado padece "un transtorno esquizotípico, pero sin alteración de la personalidad". Para estas especialistas, se trata de un individuo tímido, introvertido, sin empatía por los demás, frío, pero "capaz de discernir lo que es o no normal y el bien del mal". También le calificaron de "narcisista", "fantasioso", además de "egocéntrico".

INFORMES FINALES Hoy está previsto que el fiscal, las acusaciones particular y popular y la defensa lean sus informes definitivos. En principio, el ministerio público y las dos acusaciones solicitarán 32 años de cárcel para Juan Miguel Cerrillo, mientras que la defensa pedirá la libre absolución.