"Sincera y coherente". La profesora de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca, Elvira Díez Moreno, habla con pasión de la obra del pintor salmantino Zacarías González (1923-2003). Conoce bien su trayectoria artística, a la que Caja Duero rinde tributo desde ayer en Cáceres con una exposición itinerante que cierra en el Centro Cultural Capitol su viaje por una decena de ciudades españolas. Permanecerá abierta hasta el próximo día 30 y puede visitarse de lunes a sábado (18 a 21 horas) y domingos y festivos (12 a 14 horas).

Elvira Díez, comisaria de la muestra, recuerda a Zacarías González como una persona tímida que escondía una personalidad "sensible, delicada y amante de la conversación". Fue esa enorme inquietud cultural la que le llevó a homenajear en su obra a la literatura, el jazz y el cine, además de mostrar una gran pasión por la enseñanza, primero en la Escuela de Nobles y Bellas Artes de San Eloy, filial de la actual Caja Duero, y después en la Normal de Magisterio.

Tres fases distintas

Con más de 40 cuadros realizados principalmente al óleo, la exposición del Tàpies salmantino repasa las tres etapas claves en su vida artística: una primera marcada por las tendencias figurativas, una segunda por la abstracción y la tercera y definitiva, con una vuelta a la figuración. "Su evolución fue lógica", destaca la comisaria. Obras como Paisajes con caballos (1954), Fuego fatuo (1959-60) o La Dama del Armiño (1995) sirven de ejemplo para mostrar el arte del pintor, que se exhibió en Madrid, Valladolid, La Habana o París y que se expone de forma permanente en la casa-museo de su ciudad natal, remodelada por Caja Duero.

Pero más allá de la popularidad de la que no disfrutó este artista, Elvira Díez invita al público a visitar la exposición porque, afirma, "se va a sorprender de la calidad de las obras y va a conectar con ellas de forma absoluta". Añade que la obra abstracta de Zacarías González puede compararse a la de Tàpies y asegura que sus cuadros no tuvieron mayor repercusión porque "se encerró en sí mismo".

Pero el legado del pintor también ha dejado huella entre los alumnos de Bellas Artes de Salamanca. "Me gustaría que aprendieran de su constancia. Le gustaba decir que había que estudiar, trabajar y cultivarse", dice Díez, destacando que la muestra ofrece "lo mejorcito" de la colección que su hermana Basilisa González legó a la Fundación Caja Duero, con más de 600 cuadros y un millar de dibujos.