Extremadura, Navarra, País Vasco y Castilla-La Mancha son las únicas comunidades autónomas donde en el 2001 abortaron de forma voluntaria menos del 10 por ciento del total de embarazadas. Cantabria y Asturias son, por su parte, los únicos territorios que redujeron su proporción de abortos sobre embarazos.

Más concretamente, el porcentaje de aborto voluntario entre las menores de edad es superior al 50 por ciento en ocho comunidades autónomas (Cataluña, Aragón, Madrid, Asturias, Castilla y León, Baleares, País Vasco y Comunidad Valenciana). A pesar de no encontrarse en esta lista, este porcentaje se multiplicó por 14 en Murcia entre 1990 y 2001.

LAS MAS JOVENES LO HACEN La mitad de las mujeres españolas embarazadas menores de 18 años recurren al aborto, práctica que para el conjunto de la población casi ha aumentado en un 87 por ciento entre 1990 y 2001, pasando de 37.231 a 69.857. Del total de abortos del 2001, más del 40 por ciento fueron practicados a mujeres menores de 25 años, según un estudio comparativo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) presentado ayer por su autora, la investigadora Margarita Delgado.

Mientras, para el conjunto de la población la proporción de abortos sobre embarazos es de un 15 por ciento, lo que supone que este porcentaje prácticamente se ha duplicado en la década estudiada, ya que se situaba en el 8 por ciento en el 2001.

Las adolescentes han pasado de una tasa de abortos del 21 por ciento en 1990 al 50 por ciento en el 2001.

También es elevado el crecimiento de la tasa de abortos entre las jóvenes entre 18 y 19 años, que ha pasado del 20,2 por ciento en 1990 al 43,22 por ciento en el 2001.

En la misma línea, las jóvenes embarazadas entre 20-24 años abortan en un 31 por ciento de los casos, frente al 11 por ciento de 1990. En cualquier caso, la proporción de abortos sobre embarazos ha mantenido un crecimiento constante para el conjunto de las mujeres entre 15 y 49 años y, según datos provisionales del 2002, en la actualidad se sitúa casi en un 16 por ciento.

Las interrupciones voluntarias del embarazo en adolescentes han aumentado progresivamente desde 1990 a pesar de que la tasa de embarazos registró un descenso entre 1990-1995 para volver a crecer en el segundo lustro de la década. A juicio de la autora del estudio, el crecimiento de los abortos entre adolescentes obliga a reflexionar.

"Las cifras sobre adolescentes españolas son peores que las que ofrecen países de nuestro entorno --comentó--. España se sitúa en una posición media alta y va a contracorriente de la UE, donde tiende a disminuir el número de abortos".