La sangre de cordón umbilical contiene células madre adultas que, aunque han demostrado en estudios menos adaptabilidad que las de un embrión, pueden ser susceptibles, algún día, de generar tejido con el que tratar una enfermedad que afecte a un órgano concreto. De aplicarse a su donante, se evitaría el rechazo al órgano ajeno que causan todos los trasplantes.

La investigación en ese campo está, no obstante, en sus inicios y los científicos desaconsejan especular con ese material en estos momentos.