TCtuando viajo me fijo. Como, visito, nado, paseo... Pero sobre todo, me fijo. Este verano he descubierto que en Gijón triunfa El telechurro . Llamas a un teléfono o entras en la web eltelechurro.com , pides la ración y a disfrutar. Viajando constatas que las ciudades españolas y francesas se peatonalizan sin parar. La medida es un éxito: satisface a los entusiasmados viandantes, a los reticentes comerciantes y a los políticos porque quien peatonaliza, gana las elecciones. En Alcalá y en Segovia, en Ibiza y Avilés, en Salamanca y Montpellier, los cascos antiguos son para el paseo y la gente está encantada. En Cáceres, no. Aquí, como en casi todo, llevamos unos años de retraso y aún estamos en la fase de la polémica, cuando comerciantes, hosteleros y residentes se resisten a la peatonalización apoyados en parte por la oposición municipal.

Decía Josep Pla que hay que viajar para curarse de la deformación de la proximidad. Viajando se descubre que en toda peatonalización se viven las mismas fases, incluida esta cacereña de la polémica. Sólo cambia el color político. Así, en Oviedo era el PSOE quien se oponía a la peatonalización del popular Gabino de Lorenzo y en Santiago era el PP quien ponía pegas a las medidas de Xerardo Estévez. De eso hace diez años. Hoy nadie se queja. Sólo hay una diferencia: en las demás ciudades se ha peatonalizado después de contar con aparcamientos públicos suficientes. Aquí se anuncian, pero no se ven y claro, en vez de una peatonalización rigurosa, lo que sale es un telechurro.com .

*Periodista