Todas las cadenas de televisión de España, excepto Televisión Española, se comprometieron ayer a rechazar los anuncios de alimentos o bebidas infantiles que inciten a un consumo desequilibrado susceptible de provocar obesidad entre los menores de 18 años. El acuerdo, propuesto por el Ministerio de Sanidad y firmado por las cadenas de televisión autonómicas y privadas, no supondrá el rechazo de ningún producto en concreto, sino el control estricto del mensaje que lo promocione.

La exclusión de Televisión Española de este compromiso provocó ayer un cierto malestar, ya que aunque la cadena pública dejará de emitir anuncios el próximo enero, lo seguirá haciendo en el actual cuatrimestre, un periodo de abundantes anuncios dirigidos a la infancia.

La iniciativa responde al interés de las administraciones sanitarias de reducir el altísimo índice de obesidad de los niños españoles, el más elevado de Europa en la actualidad. Un 9% de los menores de 18 años españoles sufren obesidad, y un 19%, sobrepeso, con las múltiples secuelas que implican ambas situaciones. El compromiso suscrito ayer se suma al que ya establecieron las principales industrias alimentarias españolas en el 2005, cuando acordaron autorregular el contenido de sus mensajes.

ELEVADAS SANCIONES Ahora serán las cadenas anunciantes quienes estarán obligadas a velar por que dicha publicidad no incite a un consumo desmesurado. El incumplimiento de lo firmado ayer supondrá sanciones de entre 6.000 y 180.000 euros. Deberá evitarse, entre otras cosas, que un anuncio de comida dirigido a los niños induzca a error sobre los beneficios que puede suponer: por ejemplo, la adquisición de fortaleza, popularidad, crecimiento o inteligencia.

Además, los reclamos no podrán apelar directamente al niño, ni explotar su imaginación. Tampoco podrán ser presentados por personajes conocidos --reales o ficticios-- y deberán emitirse claramente separados de los programas.

Estos anuncios deberán expresarse en lenguaje sencillo, comprensible por el público al que se dirigen, y en ningún caso podrán contener imágenes violentas o que causen temor. Evitarán que induzcan malas interpretaciones. La publicidad de comida o bebida infantil no deberá ser condescendiente con escenas que supongan hábitos de vida poco saludables, en especial comportamientos sedentarios. Al contrario, se tratará de fomentar el ejercicio físico y un cambio cultural del concepto de alimentación infantil. El compromiso suscrito ayer será supervisado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y por todas las cadenas de televisión que firmaron el acuerdo.