Astrónomos han capturado las observaciones más detalladas de un cometa a 108 kilómetros de la Tierra, usando el telescopio espacial Hubble de la NASA. El descubrimiento se publica en 'Astrophysical Journal Letters'.

Las imágenes fueron tomadas durante tres días en enero del 2016, cuando Hubble capturó 25 fragmentos que consisten en una mezcla de hielo y polvo que se están alejando del cometa a un ritmo equivalente a la velocidad de la marcha de un adulto, según ha explicado el astrofísico de la UCLA David Jewitt, que dirigió el equipo de investigación.

Las fotografías sugieren que el cometa tiene aproximadamente 4,5 millones de años de edad. Llamado 332P/Ikeya-Murakami, o cometa 332P, puede estar girando tan rápido que el material es expulsado a través de su superficie. Los restos resultantes se dispersan a lo largo de 3.000 millas de largo, más grande que la anchura de la parte continental de Estados Unidos.

Estas observaciones proporcionan información sobre el comportamiento volátil de los cometas cuando se acercan al Sol y empiezan a vaporizarse, desatando poderosas fuerzas.

"Sabemos que los cometas se desintegran a veces, pero no se sabe mucho acerca de por qué o cómo --ha afirmado Jewitt-- El problema es que ocurre de forma rápida y sin previo aviso, por lo que no tienen mucha oportunidad de obtener datos útiles. Con la fantástica resolución del Hubble, no solo vemos muy pequeños trozos tenues del cometa, podemos ver cómo cambian de un día para otro. Eso nos ha permitido tomar las mejores medidas que se hayan obtenido en un objeto tal".

FRAGMENTOS DE COMETAS QUE BRILLAN Y SE APAGAN

Las observaciones de tres días muestran que los fragmentos de cometas brillan y se apagan como parches de hielo en sus superficies, y giran dentro y fuera de la luz solar. Sus formas cambian ya que se rompen. Las reliquias heladas comprenden aproximadamente el cuatro por ciento del cometa progenitor y varían en tamaño, desde unos 65 pies de ancho a 200 pies de ancho. Así, tienen una separación de solo unos pocos kilómetros por hora a medida que orbitan el Sol en más de 80.000 kilómetros por hora.

Las imágenes del Hubble muestran que el cometa padre muestra cambios de brillo con frecuencia, completando una rotación cada dos a cuatro horas. "Un visitante al cometa podría ver el amanecer y el atardecer en tan sólo una hora", ha señalado Jewitt.

El cometa es mucho más pequeño de lo que los astrónomos pensaban, y mide solo 1.600 pies de ancho, sobre la longitud de cinco campos de fútbol. El cometa 332P fue descubierto en noviembre del 2010 por dos astrónomos aficionados japoneses.

De esta forma, basándose en los datos del Hubble, el equipo de investigación sugiere que la luz del Sol calienta la superficie del cometa, haciendo que se expulsen chorros de polvo y gas. "Debido a que el núcleo es tan pequeño, estos chorros actúan como motores de cohetes, girando hasta la rotación del cometa", ha explicado Jewitt. La velocidad de giro más rápido aflojó trozos de material, que están a la deriva en el espacio. El equipo de investigación calculó que el cometa probablemente arroja el material durante un período de meses, entre octubre y diciembre del 2015.

Jewitt sugirió que algunas de las piezas expulsadas a su vez han caído en pedazos. "Creemos que estos pequeños tienen un tiempo de vida corto", ha apuntado.

OTRO TROZO DE MATERIAL

La aguda visión del Hubble también vio un trozo de material cerca de la cometa, que puede ser la primera pieza de otra explosión. El remanente de otra llamarada, que puede haber ocurrido en 2012, es también visible. El fragmento puede ser tan grande como el cometa 332P, lo que sugiere la división del cometa en dos. Sin embargo, el remanente no fue descubierto hasta el 31 de diciembre del 2015, por un telescopio en Hawai.

"En el pasado, los astrónomos creían que los cometas mueren cuando son calentadas por la luz solar, haciendo que sus hielos simplemente se vaporizan de distancia --ha señalado el investigador-- Pero se está empezando a creer que la fragmentación puede ser más importante. En el cometa 332P podríamos estar viendo un cometa fragmentándose en el olvido".

Así, los investigadores estiman que el cometa 332P contiene suficiente masa para 25 explosiones más. "Si el cometa tiene un episodio cada seis años, el equivalente a una órbita alrededor del Sol, entonces se habrá producido en 150 años --ha afirmado Jewitt-- Es solo un abrir y cerrar de ojos, astronómicamente hablando. El viaje al interior del sistema solar lo ha condenado a ello".