Decenas de carreteras cortadas, dos ríos desbordados, un puente caído, cientos de desalojados, bajos y sótanos inundados y una anciana fallecida. Estos fueron los efectos de las lluvias torrenciales que desde la madrugada de ayer mantienen en vilo a los habitantes de la costa de Valencia y el norte de Alicante con precipitaciones que en algunos puntos superaron los 400 litros por metro cuadrado en menos de 24 horas. En Ibiza, el temporal causó la muerte de un hombre que hacía kitesurf .

La zona más afectada fue la comarca alicantina de la Marina Alta. El desbordamiento del río Girona en su desembocadura en Denia provocó el pánico en los vecinos de la zona, que se vieron obligados a abandonar sus viviendas. El río arrastró numerosos vehículos.

En el municipio de Beniarbeig el mismo río se llevó por delante un puente que unía las dos zonas del casco urbano que forman el núcleo de la población. La rotura desencadenó una pesadilla. Como si se hubieran desplomado los muros de una presa, el agua y el barro entraron en todas las casas próximas.

El alcalde, Luis Gil, no daba crédito. "Hemos visto que el río crecía, el agua ha empezado a entrar en locales y plantas bajas. Seguía creciendo, y hemos visto que por el cauce bajaban rocas, cañizos, coches y hasta jabalís y un caballo", explicó.

Como la mayor parte de estas poblaciones estaban alertadas y los vecinos desalojados, no se registraron víctimas salvo una anciana de 90 años, de la localidad vecina de El Verger, que vivía sola y estaba impedida. Su cadáver apareció en la planta baja, donde el nivel del agua había superado los dos metros.

HELICOPTEROS Algunos habitantes de la población tuvieron más suerte y, tras refugiarse en sus tejados y terrazas, fueron auxiliados por tres helicópteros. Uno de los rescatados contó que había visto pasar río abajo a "tantos coches como si fuera un rally".

Otros municipios alicantinos como Xàbia, Calpe y Pedreguer sufrieron el desbordamiento de ríos, la caída de muros y varios cámpings y urbanizaciones fueron desalojados.

Valencia soportó también el embate del agua, aunque las consecuencias no fueron tan dramáticas. El puerto marítimo fue cerrado y varios aviones que se dirigían al aeropuerto de Manises tuvieron que ser desviados. Muchas casas de los Poblados Marítimos quedaron inundadas y el emblemático edificio L´Hemisfèric, de la Ciudad de las Ciencias, quedó inutilizado. La naviera Balearia suspendió los ferris rápidos las islas y Denia.