Tenerife, la isla más afectada por la tromba de agua que el lunes descargó en Canarias, amaneció ayer cubierta de barro, con cientos de casas, garajes y tiendas anegadas por el lodo, vecinos incomunicados y carreteras cortadas. El presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, manifestó que aunque la situación tendía a normalizarse, "no se puede bajar la guardia". Ya por la tarde, el Ejecutivo redujo el nivel dos de alerta por las lluvias y anunció que hoy se reanudarán las clases excepto en algunos colegios de Tenerife que presentan problemas en las infraestructuras como consecuencia del temporal.

Estas fuertes precipitaciones --que alcanzaron hasta 270 litros por metro cuadrado en 24 horas, acompañados de la descarga de unos 1.000 rayos-- se produjeron, según explicó el consejero de Presidencia del Gobierno de Canarias, José Miguel Ruano, debido a la combinación de fenómenos meteorológicos, lo que produjo que la borrasca tuviera una naturaleza "semitropical".

Ruano informó de que durante la noche del lunes al martes 10.100 hogares se quedaron sin luz debido a los efectos ocasionados por el fuerte oleaje. Durante el día de ayer, más de 25.000 usuarios sufrieron cortes en el suministro eléctrico. Además, unos 160 vecinos del barranco de Tahodio, en Santa Cruz de Tenerife, estaban ayer incomunicados. Las carreteras de Tenerife también han sufrido las consecuencias del temporal y 12 de ellas tuvieron que ser cortadas.

Para ayudar en las labores de emergencia, fueron movilizados medio millar de profesionales pertenecientes al Consorcio de Bomberos, Brigadas Forestales, personal de Conservación de Carreteras y miembros de la Unidad Militar de Emergencias.

TESORO EN PELIGRO Las lluvias también han puesto en peligro la iglesia de la Concepción, la más antigua de Tenerife, fundada en 1499, que permanece inundada y cubierta de lodo. Su párroco, Mauricio González, teme por los ornamentos del siglo XVIII. El agua inundó la iglesia hasta medio metro de altura; "los bancos flotaban, al igual que todos los muebles de la iglesia y poco a poco comenzaron a entrar ramas, hojas y troncos de árboles", explicó el párroco.