El número de enfermos de sida tratados en los países pobres y en vías de desarrollo se ha triplicado en sólo dos años y se situó en más de 1,3 millones de personas a finales del 2005, una quinta parte del total de afectados en el mundo, según un informe de la OMS y Onusida difundido ayer. Esta cifra queda lejos del objetivo que esas agencias se propusieron en el 2003 de llegar a aplicar terapias en el 2005 a 3 millones de los 6,5 millones de infectados en los países pobres.

La bajada del precio de los fármacos es lo que ha permitido que cada día unos 16.000 seres comiencen a tratarse para luchar contra ese virus. Gracias a ello se evitaron 300.000 muertes prematuras, aunque cada día del 2005 nacieron 1.800 niños contagiados y murieron otros 1.560 menores, según los dos organismos internacionales. La financiación de la comunidad internacional creció más del 75%.

La región en la que más se ha avanzado --y la más afectada con diferencia-- en la difusión de las terapias es el Africa subsahariana, donde el número de personas en tratamiento se ha multiplicado por más de ocho en dos años: de 100.000 a 810.000 personas, pero sólo el 17% de quienes lo necesitan. Las zonas que, por contra, más retraso acumulan en esa difusión son Europa Oriental o Asia central.