Los alimentos funcionales, aquellos que han sido modificados para potenciar sus valores saludables, están en alza. Pero más de un tercio usan un etiquetado engañoso con ingredientes raros (vidalim, tonacalín, pronutris o benecol) que reportan supuestos beneficios para la salud, la silueta o el tránsito intestinal. Además, casi el 60% incumple la normativa y se anuncian con propiedades no demostradas, según un estudio realizado por la Confederación Española de Asociaciones de Consumidores y Usuarios (Ceacu) sobre 448 de estos productos que se ofrecen en tiendas y supermercados.

El trabajo deja claro que no existe riesgo para el consumidor pero advierte de que detrás de mensajes como bajo en sal, sin azúcar, rico en fibras, ideal para tu dieta, el placer de cuidarte y vive sano se esconde un notable aumento de precio. Los alimentos etiquetados con mensaje pueden encarecerse hasta un 130% respecto de los productos convencionales.

DEFENSAS Las etiquetas fantasiosas van desde las declaraciones ambiguas y no comprobables, como activa tus defensas cada día, te ayuda a controlar el peso de forma natural y con efecto antioxidante a otras que inducen a error o son falsas como 0% de colesterol. También hay mensajes incompletos, que no detallan qué cantidad es necesaria para lograr determinada ventaja, y alegaciones genéricas que sugieren supuestos beneficios sin concretar, así como imágenes de corazones latiendo, siluetas estilizadas y otros símbolos de felicidad y bienestar.

Yolanda Quintana, coordinadora del informe, destacó que muchas declaraciones sobre estos alimentos se basan en supuestos estudios científicos. Uno de los ejemplos de estos productos es la leche Naturlínea de Central Lechera Asturiana, que contiene una curiosa propiedad llamada tonalín, compuesto que según la Ceacu, "no existe, no está descrito científicamente, no es nada".