Nueva matanza a punta de pistola en Estados Unidos, ocurrida ayer, esta vez en la localidad playera de Virginia Beach, situada a 340 kilómetros de la capital del país y muy cerca de la base militar de Norfolk, la mayor base naval del mundo. Al menos 13 personas fueron asesinadas y otras cuatro resultaron heridas de diversa consideración después de que un empleado municipal abriera fuego indiscriminadamente en uno de los edificios públicos de la ciudad. El incidente se registró sobre las 16.00 hora local, cuando la zona que alberga el Ayuntamiento, el Juzgado y otros edificios municipales todavía era un bullicio de actividad ciudadana.

Los primeros indicios apuntan a que el asaltante era un epleado municipal veterano descontento, aunque quedan todavía muchos detalles por esclarecer. «Este es el día más devastador en la historia de Virginia Beach», dijo Bobby Dyer, el alcalde de esta localidad del sur de Virginia, que tiene más de 400.000 habitantes. «La gente involucrada eran nuestros amigos, compañeros de trabajo, vecinos y colegas».

De acuerdo con las primeras informaciones de la policía, el asesino recorrió varios pisos del edificio «disparando indiscriminadamente» a cuantos le salieron a su paso. Más tarde, fue abatido en un intercambio de disparos con la policía, en el que también resultó herido un agente.

Esta es la peor masacre que vive el país desde el pasado noviembre, cuando 12 personas fueron asesinadas en un restaurante de la pequeña ciudad californiana de Thousand Oaks.

EL AUTOR / «Dewayne Craddock, de 40 años, fue el autor. Solo diremos su nombre una vez», dijo el gestor municipal de Virginia Beach, Dave Hansen, en una rueda de prensa organizada al día siguiente del suceso. Once de las doce personas que presuntamente mató Craddock eran sus compañeros del Departamento de Obras Públicas de la ciudad, donde llevaba 15 años trabajando; mientras que el otro fallecido era contratista del municipio.

El presunto autor de la masacre, que murió después de un intercambio de disparos con la policía local, utilizó una pistola y un rifle con «múltiples revistas» que fueron adquiridos legalmente. Pese a que hasta ahora se desconoce el móvil del crimen, varios medios locales apuntan que Craddock, ingeniero y gerente de varios proyectos de desarrollo de la ciudad, iba a ser despedido de manera inminente por motivos que no han trascendido.

Otras informaciones señalan que el presunto autor del tiroteo tenía un pasado militar, aunque las fuentes oficiales no confirmaron ese detalle. En la conferencia de prensa, Hansen anunció que todas las víctimas mortales del tiroteo, excepto una, eran trabajadores de la ciudad.

«Dejan un vacío que nunca podremos llenar», dijo Hansen visiblemente afectado. Por su parte, el jefe de la Policía de Virginia Beach, James Cervera, no quiso hablar sobre el motivo del tiroteo, pero sí confirmó que Craddock era aún empleado municipal cuando disparó contra sus compañeros y que utilizó su placa de identificación para ingresar al edificio donde cometió la masacre. Las autoridades hallaron cuerpos en tres pisos diferentes del edificio y en el estacionamiento.

ABATIDO POR LA POLICÍA / De acuerdo con la policía local, el atacante falleció después de enfrentarse a dos agentes que entraron en el lugar. De hecho, entre los heridos se encuentra uno de los policías que finalmente detuvieron el tiroteo, que salvó su vida gracias al chaleco antibalas.

Cervera tampoco informó sobre cuánto duró tiroteo y pidió comprensión, al indicar que se trata de una «escena enorme».

Esta Esta última tragedia llega en un momento muy delicado para la Asociación Nacional del Rifle (NRA), inmersa en una severa crisis financiera y con un cúmulo de acusaciones de apropiación indebida de fondos contra los líderes de la organización. Las turbulencias en el poderoso lobi de las armas no se han traducido, sin embargo, en ningún movimiento legislativo para intentar acabar con las recurrentes carnicerías que sufre el país a manos de pistoleros armados que, por una cosa u otra, pierden la cabeza.

La Administración del presidente Donald Trump ha hecho de su alianza con la NRA una de sus grandes bazas para movilizar electoralmente a la derecha, que siempre se ha mostrado en contra de regular la tenencia de armas.