Debía de haber sido un día de dedicatorias con corazones, postales dibujadas y regalitos para novios y amigos, como suele celebrarse el día de San Valentín en los colegios de Estados Unidos. Pero fue otro día de sangre y fuego, de vidas rotas y traumas duraderos. Un antiguo estudiante de un instituto del sur de Florida, Nikolaus Cruz, mató al menos a 17 personas y dejó un numero aún indeterminado de heridos antes de ser arrestado por la policía, según ha confirmado el sheriff del condado de Broward, Scott Israel.

El incidente se produjo alrededor de las 2 de la tarde hora local, cuando la alarma retumbó por megafonía, seguida del traqueteo seco de las balas disparadas con rifle de asalto semiautomático AR-15. Docenas de agentes con equipamiento militar no tardaron en acordonar el edificio. Poco a poco los estudiantes lo fueron abandonando en fila india, con las manos en el alto o los brazos extendidos para evitar los tumultos.

El tiroteo se produjo en el instituto Marjory Stoneman Douglas, en Parkland, unos 72 kilómetros al norte de Miami. Lo que tantas veces habían ensayado los estudiantes, se había hecho realidad. En lo que va de año ha habido 13 tiroteos en centros escolares de EEUU, sucesos que habían dejado hasta la fecha cinco muertos y 19 heridos, según el Gun Violence Archive.

El presidente Donald Trump ofreció sus condolencias a través de las redes sociales. “Mis oraciones y condolencias para las familias de las víctimas del terrible tiroteo de Florida. Ningun estudiante, profesor o quien sea debería sentirse inseguro en un colegio estadounidense". Trump se ha negado hasta ahora a endurercer las permisivas leyes sobre las armas y no parece que vaya a cambiar de opinión porque ha hecho de su alianza con el lobi de la Asociación Nacional del Rifle una de las señas de identidad de su presidencia.

El presunto asaltante ha sido identificado con el nombre de Nikolaus Cruz, un joven de 19 años que había estudiado en el centro atacado, del que había sido expulsado por motivos disciplinarios, y que estaba obsesionado con las armas, según el Miami Herald. "El año pasado nos dijeron que no se le iba a permitir la entrada en el centro si accedía con una mochila", ha dicho un profesor de matemáticas que lo tuvo en su clase el año pasado. "Hubo problemas con él porque amenazó a varios estudiantes y supongo que acabó siendo expulsado".

Las imágenes de televisión reflejaron los rostros de inquietud y pánico de estudiantes y profesores a medida que abandonaban el centro escoltados por la policía. Más de 3.000 estudiantes están matriculados en el instituto.

EEUU tiene un trágico historial de masacres en centros escolares. El 1999, dos adolescentes mataron a 12 estudiantes y a un profesor en el instituto de Columbine (Colorado), donde otras 21 personas resultaron heridas. Más horrible todavía fue la carnicería en la escuela de primaria de Sandy Hook (Connecticut), en la que murieron una veintena de niños y seis adultos.