Quién dijo que a los museos se va a alcanzar el nirvana de la contemplación sosegada? El artista Wang Du ha creado un largo tubo circular por el que el espectador transita mientras monitores de televisiones de todo el mundo golpean sus sentidos con imágenes de impacto. Del túnel se sale de culo, como los niños, por un empinado tobogán, y se aterriza en el corazón de un nuevo centro de arte en Beijing, el UCCA (Ullens Center for Contemporary Art), situado en el 798 Art District de Dashanzi. El UCCA constituye una avanzadilla del nuevo arte chino. Potente, imparable, a veces banal, otras dramático, el arte chino revisa la tradición y la historia, combina la figuración con el vídeo y la performance, el juego con la filosofía. Sorprende e impresiona en un ámbito, el del arte, donde casi todo se repite y las ideas parecen gastadas, herederas de patriarcas que llevan décadas muertos. En pocos años el arte chino ha sorteado la férrea censura de un régimen que desprecia la creación, y se ha hecho un hueco en las agendas de los influyentes dealers, los coleccionistas y las casas de subastas internacionales.

Instituciones sin alma

El UCCA, primer centro de arte privado que abre en China, es la criatura de un aristócrata belga multimillonario, el barón Guy Ullens de Schooten, y de su esposa Miryam. Ullens, de 72 años, miembro de una familia de diplomáticos, se retiró de sus negocios en el Antal Group (Neuhaus, Pizza Hut, Weight Watchers), vendió en subasta su colección de Turners y decidió sacar a la luz su muy secreta colección de arte chino, unas 1.500 obras. "A causa de nuestros negocios, hace 30 años vinimos a China y conocimos a una comunidad maravillosa de artistas. Solíamos reunirnos en un picnic en el parque, alrededor de la tumba de un emperador Ming. Entonces el arte no interesaba a nadie y los artistas se ganaban penosamente la vida. Ahora hemos querido dar a China lo que sus creadores nos dieron a nosotros", explica Guy Ullens. "En China hay 100.000 estudiantes de arte. Y una concentración de energía única en el mundo. Nueva York me aburre terriblemente", añade.

El coleccionista ha fichado como director al iconoclasta Jér me Sans, cofundador del Palais de Tokyo de París. "No hemos querido importar el modelo de museo europeo, que está envejecido. No hay alma en esas instituciones, donde les asusta lo que pasa fuera", dice.

Al frente del UCCA estará Gua Xiaoyan, que fue la primera directora de un museo chino de arte contemporáneo en 1998, en Sichuan. Xiaoyan descubrió a los cuatro grandes: Zang Xiaugang, Fang Lijun, Yue Minjun y Wang GuanYió. "Entonces el arte contemporáneo era casi ilegal y en Beijing no había nada, pero hoy todos vienen aquí", constata.