Este polifacético artista villanovense lleva toda su vida alternando el cultivo de la etnografía, las artes plásticas y las escénicas. Su natural inquietud le lleva a realizar varios proyectos.

-¿En qué trabaja ahora?

-Seguimos con el montaje de Amaranto porque con el patrocinio de Caja Duero tenemos varias actuaciones en mayo y junio. Ultimo un proyecto muy ambicioso sobre etnografía en colaboración con la consejería de Cultura, pero aún no se puede adelantar nada. En escultura acabo de entregar la Borriquita, que procesionó en Castuera el Domingo de Ramos y ya tengo encargos para la Semana Santa del 2008.

-Eduardo Acedo ¿imaginero?

-La danza y la escena me dan libertad y la imaginería espiritualidad, que me inculcó mi abuelo. Por tradición siempre se recurre a Sevilla o a Cataluña.

-¿Artista va unido a excéntrico?

-Es un tópico. Lo que ocurre es que tenemos nuestras manías y necesitamos nuestra propia sociedad. No tenemos por qué ser comprendidos; pero es cierto que necesitamos una serie de ingredientes para poder crear.

-¿Profeta en su tierra?

-En un ámbito y con una gente, pero tampoco lo necesito.

-¿Dónde se sitúa la cultura en Extremadura?

-Hay mucho camino por recorrer. En cultura y artes estamos en una etapa en la que todo cabe. Pero todo lo que cabe no es válido. Hemos asistido a una cuestión artística y cultural muy desagradable. Aquí hay un grupo de artistas que todavía nos dejamos llevar por el concepto de arte donde se valora la armonía, el equilibrio, la estética; y luego hay otros "artistas" cuya creación va más por la provocación.

-Entonces, en arte no vale todo.

-Creo que a Extremadura le faltan criterios y que vivimos todavía en la transición: ¿qué hacemos mostrando pornografía si el destape ya pasó? Eso sólo provoca a gente que, como en las famosas fotos, son de convicciones religiosas.