El 31 de agosto estrena la adaptación de la novela de Pérez-Reverte La carta esférica . Una de piratas contemporáneos, con el mar, la pasión y los tesoros como protagonistas. Cinco años lleva Imanol Uribe (San Salvador, 1950) sin visitar la cartelera. Al realizador, que siempre halló inspiración en la actualidad, no le pone mucho lo que ve a su alrededor.

--¿Cómo debe ser un tema para que le apetezca filmarlo?

--Depende de mi estado de ánimo. Ahora me apetecía la de piratas porque estoy en una época optimista, no respecto al cine, pero sí sobre mi vida.

--Algo tendrán en común todas sus películas.

--Quizá una cosa: retratar personajes que se rebelan contra la intolerancia. De El rey pasmado a Bwana es una constante en mi cine.

--Uno se dedica a esto por...

--Porque me gusta contar historias, y Dios no me ha llamado por el camino de la literatura. El trabajo en solitario no me va, soy más dado a la acción que a reflexionar en soledad. Me seduce dirigir a un equipo de gente. Si por mí fuera, estaría todos los días a las seis de la mañana dirigiendo, domingos incluidos.

-- ¿Rodaría otra película sobre el conflicto vasco?

--No, ya le he dicho que estoy en una fase optimista de mi vida.

--Imaginemos que insiste un productor. ¿Cómo sería esa película?

--No lo sé, pero después del fin de la tregua, está la moral muy baja. Hoy no se sabe si este problema tiene solución. ¿Una película vasca? Haría una de regatas. Lo otro me da pereza. Yo ya puse mi granito de arena.

--¿Veremos alguna vez la película del final de la violencia?

--Yo creo que sí, que esto es una vela que se va apagando poco a poco, aunque no con la velocidad que quisiéramos. Ultimamente no paran de detener comandos, les están dando unos palos de muerte. Eso es que la policía tiene algún infiltrado potente ahí arriba, un infiltrado que ríete tú del Lobo. Me da la sensación de que Rubalcaba ha aprovechado la tregua para ponerse las pilas.

--Ahora mismo, la de ETA es una película de policías.

--Pero la solución a este problema no vendrá solo de la mano de la policía. El que conoce un poco este tema lo sabe. Por mucho que digan ahora, más pronto o más tarde se volverá a unas conversaciones. Por eso me pareció bien el intento de Zapatero, aunque el tiro haya salido por la culata. Había que intentarlo.

--¿Cómo ve el panorama público español?

--No es muy alentador. Pongo la tele y solo veo a gente que se mueve por intereses que no son los míos. Solo interesa el dinero rápido y el figurar, todo es muy hortera. Cuando viajo al extranjero y hago zapeo en el hotel, el olor que me llega es diferente.

--¿Este es un país hortera?

--Sí. Hablamos en general, con todas las matizaciones, pero creo que vendría bien un cambio de rumbo en los intereses de la gente, en la educación. Todo es depredación, todo es consumo hortera. De paisajes, de dinero, de mujeres, de sexo...