TEtn España y Portugal todo se arregla tomando café. Y si no tomas café, todo se descompone. Puedes obligar a los funcionarios a entrar a las ocho, que no pasa nada. Puedes imponer la máquina de fichar y tampoco pasa nada. Pero nadie se ha atrevido a prohibir el rato del café porque sería la revolución.

En Bruselas o en Londres pides un café y te sirven una taza grande de brebaje negro con una tarrina diminuta y cerrada que contiene crema de leche. El resto es cosa tuya. En la Península es distinto. En Portugal hay hasta 20 maneras de pedir un café: bica, garoto, galao, carioca, cafezinho, meia de leite, chinesa, cortado, café ... grande, cheio, branco, duplo, pingado, etcétera, etcétera.

Hay quien entrevé en esta cultura cafetera síntomas de degeneración y debilidad patria. Josep Pla denunciaba la saturación hispánica de café con leche como "la llave de una decadencia y la explicación de los desastres nacionales". Y ya he contado alguna vez que el psiquiatra Rojas Marcos dice que España le huele a café con leche. Según estas teorías, Mérida, la ciudad extremeña donde más café se toma a media mañana, sería la esencia españolísima de todos los desastres, sino fuera porque en La Jijonenca , en el Roma o en Los Valencianos los funcionarios no toman solamente café con leche, sino también cortados, cortados cortos de café, cortados largos de café, solos, solos largos, manchados, descafeinados de sobre, descafeinados de máquina, con leche templada en taza mediana, con leche caliente en taza grande, con leche fría en vaso...

*Periodista