Tres toneladas de oportunidades para una de las regiones más pobres del planeta. Tres mil kilos de ropa, alimentos, colchones, material de limpieza, pero sobre todo de libros, pizarras, lápices, cuadernos, picos, sierras , grupos electrógenos, bicicletas, ciclomotores, tubos para vallados, mallas, bombas de agua...

Un contenedor repleto de solidaridad y posibilidades para que los habitantes de Ingoré, al norte de Guinea Bissau, casi en la frontera con Senegal, puedan tener lo más parecido a una escuela y aprender un oficio, porque la formación es el único futuro posible para quienes viven en una de las zonas más olvidadas de un país que, por no tener materias primas apetecibles, parece que ha sido borrado de los mapas.

Una charla del misionero cacereño Francisco Gil en el colegio San Francisco Javier de Fuente de Cantos, donde expresaba con total crudeza las condiciones infrahumanas que sufrían centenares de personas a poco más de 3.000 kilómetros de Extremadura, removió conciencias. Asociaciones, instituciones y particulares se pusieron manos a la obra para llenar un contenedor de esperanza.

La campaña, coordinada por el misionero de la Preciosa Sangre Pedro Carrasco, el representante de la ONG Solidaridad con Guinea Bissau en la localidad Francisco Biedma, el propio colegio, Cáritas, y el empresario Vitoriano Iglesias, responsable de Muebles Iglesias y representante en Fuente de Cantos de Grucoex (grupo extremeño de compras), dio sus frutos.

Con el apoyo de instituciones como el Ayuntamiento de Fuente de Cantos, asociaciones de toda la comarca y numerosos ciudadanos a título individual, el contenedor se fue llenando.

Quedaban, con todo, algunos aspectos por resolver, entre ellos el coste del transporte hasta Guinea, de unos 4.000 euros. Los promotores lograron que el presidente de Grucoex, el empresario almendralejense Juan Gragero, acudiese a uno de los actos de la campaña de sensibilización, la proyección de la película Hotel Ruanda y la charla posterior sobre la situación de algunas comunidades africanas.

El camino quedó despejado: Grucoex se haría cargo del porte y, de paso, aportaría somieres Elaxpren, adecuados para soportar las condiciones de la zona.

Ahora, Nuria Abril, a cargo ahora de la misión en Guinea, respira más tranquila.