Los ingleses están empeñados en acabar con el romanticismo. Un estudio publicado en la revista Evolution and Human Behaviour (Evolución y comportamiento humano) realizado por investigadores de varias universidades británicas asegura que, con sólo ver el rostro de la persona que nos interesa, la mayoría de la gente puede adivinar la predisposición del contrario para tener relaciones sexuales estables o si lo que desea es nada más que un aquí te pillo aquí te mato. Para ello, indican los científicos, hay que mirar con detenimiento varios detalles como la forma de la mandíbula o el tamaño de la nariz. Yo creo que aunque tuviera un manual de instrucciones nunca conseguiría descubrir si la persona que tengo a mi lado está interesada en una noche loca o en fundar una familia. Y la verdad, eso me gusta. Con todo esto he recordado una pequeña y romántica historia sobre la búsqueda del amor y las relaciones estables que Emilio Martínez-Lázaro introdujo en una de sus películas (Amo tu cama rica ) y que decía más o menos así: "En los siglos XVII y XVIII las tuercas y los tornillos se fabricaban a mano. Era una tarea muy laboriosa, se hacían por separado, por lo que el que la rosca de una tuerca se acomodara a la de un tornillo tan sólo era una cuestión de suerte... Una vez fabricada una tuerca, debía probarse con todos los tornillos, hasta dar con el que le perteneciera, con el que mejor se ajustara. De esta manera, la tuerca y el tornillo se convertían definitivamente en pareja". Pero la historia de Martínez-Lázaro estaba incompleta. Más tarde descubrí que en 1841 un tal Joseph Whitworth , otro inglés, inventó un paso de rosca universal para todos los tornillos, una jodienda que fue adoptada con el tiempo en todo el mundo. En resumen, fíjense en la mandíbula del dependiente cada vez que compren en una ferretería.