Un total de 45 migrantes y solicitantes de asilo murieron ahogados en aguas del Mediterráneo central cuando trataban de alcanzar las costas de Europa desde las playas de Libia, en el mayor naufragio ocurrido en las costas de este país en lo que va de año, según informó hoy la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Otros 37 lograron sobrevivir el lunes gracias a la acción de un pesquero local que los rescató y entregó a fuerzas de seguridad libias.

Los supervivientes fueron arrestados nada más ser desembarcados y trasladados a centros de detención gestionados por milicias armadas, que, según diversas organizaciones internacionales, tienen lazos con las mafias de traficantes y no respetan las condiciones de seguridad e higiene exigidas por la comunidad europea.

NECESIDAD URGENTE

El naufragio se produjo el pasado lunes al estallar el motor de la embarcación, una balsa de goma precaria, y en el accidente también perdieron la vida varios menores. En un comunicado, la OIM y la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) exigieron "una revisión del enfoque de los estados sobre la situación" en el Mediterráneo. En su opinión, "existe una necesidad urgente de fortalecer la capacidad actual de búsqueda y rescate allí para responder a las llamadas de socorro".

"Instamos a los estados a que respondan rápidamente a estos incidentes y proporcionen sistemáticamente un puerto seguro y predecible a las personas rescatadas en el mar. Los retrasos registrados en los últimos meses y la falta de asistencia son inaceptables y ponen vidas en riesgo evitable", subrayaron la OIM y ACNUR.

OFRECER PUESTOS SEGUROS

Añadieron que, "cuando los buques comerciales sean el barco más cercano capaz de realizar un salvamento, se les debería proporcionar rápidamente un puerto seguro para el desembarco de los pasajeros rescatados. No se les debe dar instrucciones para que devuelvan a personas a Libia, donde corren el riesgo de sufrir el conflicto en curso, graves violaciones de derechos humanos y detenciones arbitrarias tras el desembarco".

Según cifras oficiales de ambos organismos, al menos 302 migrantes y refugiados han muerto en la ruta del Mediterráneo central en lo que va de año.