Antoni T pies está a punto de cumplir 80 años y derrocha energía. Tanta como para agradecerle a la ministra de Cultura Pilar del Castillo el reconocimiento de ser el ganador de la segunda edición del Premio Velázquez de Artes Plásticas --el equivalente al Cervantes de Literatura-- pero muestra su tristeza porque, dice, "estos tiempos bélicos no son los mejores para recibir honores".

El Velázquez ha distinguido la trayectoria de quien está considerado uno de los más grandes pintores del siglo XX con una dotación de 90.000 euros (casi 15 millones de pesetas). "En otro momento me hubiera sentido más feliz. Estas son unas horas de incertidumbre en las que quizá las armas puedan empezar a callar y exista un arreglo, pero todavía hay demasiado dolor".

En invierno trabaja en casa piezas de pequeño formato. En verano, el calor le da energías como para enfrentarse a los grandes lienzos en su casa del Montseny. Con la vista sensiblemente debilitada, pero saturado de vitalidad, T pies sigue enfrentándose con el mismo ímpetu creativo de su juventud a su característica pintura matérica cargada de simbolismo: "Me mueven las mismas ganas de trabajar y de experimentar que cuando tenía 25 años. Las ganas son las mismas, pero a veces el cuerpo no me responde como yo querría".