Si tiene un coche fabricado en los últimos ocho años y es capaz de cambiarle las luces sin ayuda de un mecánico profesional, felicidades. Es usted un auténtico manitas. Hoy en día el procedimiento ya no es tan simple como desenroscar la bombilla fundida y poner la nueva. Los libros de instrucciones de los automóviles recomiendan llevarlos al taller para realizar el cambio de luces. Sin embargo, la Guardia Civil aún sigue multando por no llevar un juego de lámparas de repuesto, tal y como establece el anexo 12 del reglamento general de vehículos, una norma que se estableció en la época del sencillo 600. Ahora, esta exigencia ha quedado obsoleta si se tiene en cuenta que, aunque se lleven los recambios, los usuarios no tienen los conocimientos profesionales para instalar las luces y deben ir casi obligatoriamente al mecánico.

Al contrario de lo que piensan algunos automovilistas, Tráfico no multa por circular con una bombilla fundida. Si el conductor demuestra que lleva el juego de recambio, lo único que hacen los agentes es recordar al conductor que debe cambiarla. Pero ¿de qué sirve llevar estos repuestos si después no se sabe sustituir una luz por la otra?

Este desfase se acentúa si se tiene en cuenta que muchos nuevos modelos incorporan luces de leds o de xenón, que prácticamente duran toda la vida útil del vehículo. Fuentes de la DGT aseguran que cambiar la norma que exige llevar un juego de lámparas de repuesto está en fase de estudio. Modificarla depende de una simple orden ministerial. Mientras, vulnerar la norma puede acarrear una multa de 92,86 euros, que pueden quedar reducidos a 65 si se paga al momento.

Desmontar la batería, el parachoques o incluso parte de la tapicería para sustituir una bombilla es el pan de cada día de los mecánicos, un rompecabezas de demasiado nivel para un simple conductor. Además, en el caso de las de xenón, solo puede manipularlas personal especializado, ya que son de descarga de gas que reciben tensiones eléctricas de hasta 30.000 voltios.

TENDENCIA Según el coche, se puede llegar a tardar hasta una hora y media en reponer una luz. El principal problema es la falta de espacio para hacer el cambio. Desde el 2000, ha crecido la tendencia de hacer coches con un diseño innovador que ofrezcan poca resistencia al aire para que consuman menos, según explica Pere Payà, mecánico de Audi, Skoda y Volkswagen. Cuanto más compacto es el vehículo, más difícil es realizar el cambio de luces porque la batería está más adelante y reduce el espacio de maniobra. Además, destaca el experto, en los de gasolina la operación es más fácil porque la batería está situada más lejos de las luces.

Para tener algunas ideas de la odisea que puede llegar a ser un cambio de luces, Alberto, un mecánico gran conocedor de la marca Renault, explica que en el Modus es necesario desmontar el parachoques para extraer las lámparas. Más difícil todavía resulta en el Megane II, ya que se accede a las bombillas por el paso de rueda. En este caso, el mecánico se sitúa debajo del coche y tiene que cambiarlas sin apenas ver nada y con dos dedos, ya que no hay espacio para introducir la mano para enroscarla.

"Si no tienes nociones de mecánica, es imposible cambiar las luces de según qué modelo de coche", afirma Carlos Rivero, comercial de vehículos Nissan y exmecánico de esta marca. En el Nissan Murano, por ejemplo, es imposible acceder a las luces de posición o de intermitencia, a no ser que se trate de un profesional, porque están dentro del motor y es necesario desmontar la parte delantera del coche.

Payà desmiente que en los coches de gama alta el cambio de luces sea más complicado. "Los utilitarios pequeños son los más complicados en general", comenta y añade que Audi en concreto procura cada vez más facilitar la extracción del faro para cambiar las bombillas.

HERRAMIENTAS ESPECIALES Para hacer aún más difícil el puzle, Rivero explica que los fabricantes no facilitan todas las herramientas necesarias para que alguien con un poco de maña pueda cambiarse las luces sin acudir al mecánico. "Actualmente, los automóviles tienen componentes electrónicos que requieren más herramientas especiales", dice este experto de sector.

Los cinco minutos que se tardaba en cambiar la bombilla de un 600 se han convertido ahora en al menos 20 para los coches de hoy, o incluso en más de una hora para muchos modelos. De ahí los más de 30 euros que hacen pagar en muchos talleres por el simple hecho de cambiar una pequeña luz que suele costar alrededor de 15 euros.