Los tiempos en los que algunos kamikazes iban a 200 kilómetros por hora, provocaban un accidente, mataban a una persona y después salían prácticamente impunes, pagando simplemente una multa, pueden tener los días contados. La Dirección General de Tráfico (DGT) propuso ayer una reforma del Código Penal para que las penas de prisión por delitos de tráfico no se cuenten con los dedos de las manos.

El responsable de la DGT recomendó que se fijen unos los límites de velocidad y alcoholemia y que sobrepasarlos pueda ser castigado con privación de libertad. En definitiva, de lo que se trata es de evitar la ambiguedad de determinados artículos para que los jueces no tengan la facultad de interpretar los artículos, como sucede ahora, de la manera que resulta más favorable para el acusado.

EN EL CONGRESO Navarro reconoció, en la comisión de seguridad vial del Congreso, que en la última modificación del Código Penal se cometieron errores. "Tengo la impresión de que todos nos equivocamos", confesó. Se refería a la redacción de algunos artículos. Así, el 379 afirma hoy que quien conduzca "bajo los efectos de bebidas alcohólicas" será castigado con pena de prisión de tres a seis meses. Propuso cambiar esa fórmula, que exige a los agentes desplazarse a los juzgados para demostrar que el consumo de alcohol afectaba a la conducción, por un límite fijo, a partir del cual sea siempre considerada delito.

El responsable de Tráfico recomendó que el límite se fije en un gramo de alcohol por litro de sangre (en aire espirado serían 0,50 miligramos por litro). Otra alternativa, explicó Navarro, sería que el límite fuera el doble de la tasa de alcohol permitida (se penaría a partir de 1 gr/l para los conductores normales y 0,6 gr/l para noveles y profesionales). Navarro apostó por la primera alternativa porque, según dijo, "es más simple de explicar".

En cuanto a la velocidad, si los radares atrapan actualmente a un vehículo a 240 kilómetros por hora, el fiscal no admite el caso "porque hay que demostrar que se pone en peligro la vida o la integridad de las personas", según el artículo 381, explicó Navarro. Sin embargo, "el ciudadano no entiende que no tengan tratamiento penal estos inadmisibles excesos", cuando conducir sobrepasando los límites provoca la mayoría de las muertes.

LIMITES FIJOS Además propuso que sea considerado delincuente el que supere en 60 km/h los límites. Así, se jugarían penas de cárcel los que circulasen a más de 180 km/h en autopistas, a más de 160 en carreteras convencionales o a más de 110 en ciudades. La pena sería la misma que ahora cuando se consigue demostrar que se produjo una situación concreta de riesgo: prisión de seis meses a dos años.

Navarro quiere también endurecer las sanciones para los que conduzcan después de haber perdido el carnet de conducir. Con la entrada en vigor, el próximo 1 de julio, de la licencia por puntos, es necesario buscar una fórmula para que quien no supere los cursos de reeducación no pueda seguir conduciendo. "Si no existe una medida coercitiva, el sistema perderá eficacia", afirmó. "Otros países que tienen este tipo de carnet nos han avisado de que ése es un aspecto esencial", continuó. Para ello, se pueden fijar varias fórmulas: la incorporación de un artículo en el Código Penal, tipificarlo como desobediencia a la autoridad o considerar sólo la reincidencia como delito. "Pero es necesaria una regulación", añadió.

Navarro propuso también que se incorpore al Código, en consonancia con la ley que regula el carnet, que quien haya sido privado del derecho a conducir pueda recuperarlo superando un curso. El responsable de la DGT recalcó en varias ocasiones que estos límites, establecidos en función de la experiencia y de la situación en otros países, son una propuesta. "Lo importante es la concreción, que los límites sean claros e iguales para todos".

Son muchas las voces que han reclamado que se endurezcan las penas relacionadas las imprudencias. Las víctimas no quieren que haya ni un caso Farruquito más (el bailaor que salió impune después de atropellar a una persona). El propio Fiscal General del Estado, Cándido Conde-Pumpido, ha reconocido que "la seguridad vial es una de las zonas oscuras del sistema penal". Y el Gobierno había anunciado ya su intención de modificar el Código Penal. Sólo faltaba un poco de concreción, que fue ofrecida ayer por Navarro.

Todos los partidos se mostraron conformes con la mano dura. Algunos pidieron ir más allá para hacer que, por ejemplo, no sólo puedan ir a la cárcel quienes hayan perdido la licencia sino también quienes conduzcan sin haberla obtenido nunca.