Un tren francés logró hoy el récord mundial de velocidad sobre raíles al alcanzar los 574,8 kilómetros por hora en un tramo de la nueva línea de alta velocidad entre París y Estrasburgo, y superó en casi 60 kilómetros por hora la marca anterior conseguida en 1990.

El tren V-150 fabricado por el grupo francés Alstom alcanzó su pico de velocidad a las 13.15 horas locales (11.15 GMT) en un tramo situado a unos 210 kilómetros de París, entre las nuevas estaciones de Champagne-Ardenne y Lorena (entre Reims y Nancy-Metz).

Un centenar de personas, entre personalidades invitadas, técnicos y periodistas, pudieron vivir desde dentro este hito de la alta velocidad ferroviaria, que quedó a poca distancia de los 581 kilómetros por hora alcanzados en 2003 por un tren experimental japonés de levitación magnética.

El director técnico de Alstom, François Lacote, insistió al término de la operación en que el récord japonés no es comparable porque el Maglev "no es un tren, sino un artefacto de sustentación magnética" de carácter experimental que circula por una infraestructura que no se dedica al transporte de pasajeros.

"Nosotros no hemos fabricado un prototipo para lograr un récord" sino "un producto de serie" que circula por una línea (la París-Estrasburgo) en la que se va a iniciar la explotación comercial el próximo 10 de junio.

El conductor del V-150, Eric Pieczac, indicó que se le había fijado como límite 575 kilómetros por hora para garantizar una total seguridad al centenar de ocupantes del convoy, formado por dos locomotoras -una en cabeza y otra en cola- y tres vagones de dos pisos.

Pieczac insistió en que la velocidad alcanzada hoy, además de un hito, significa que hay un margen de seguridad de más de 200 kilómetros por hora respecto a los trenes de alta velocidad (TGV) en el París-Estrasburgo, que alcanzarán los 320 por hora.

Entre las personalidades invitadas que estuvieron a bordo del tren, el comisario europeo de Transportes, Jacques Barrot, se mostró entusiasmado porque dijo que no se notaba más movimiento que el que siente en su despacho, y afirmó que con esta experiencia "Europa ha mostrado al mundo una vez más de lo que es capaz".

"Entramos en el siglo del ferrocarril" y "Europa es la que hace la carrera en cabeza", avanzó Barrot, que destacó las ventajas de este medio de transporte respecto al avión porque no emite gases contaminantes, y respecto al automóvil porque es mucho más seguro en términos de accidentes.

El tren del récord inició su marcha un cuarto de hora antes de llegar a la velocidad punta, para la que utilizó un tramo en ligero descenso y recto de una veintena de kilómetros, y estuvo seguido en paralelo desde el aire por un avión, mientras que en tierra las fuerzas del orden cortaron la circulación por todas las carreteras y vías que atravesaban la línea.

Cientos de personas se agolparon en numerosos puntos de paso para poder ver pasar el convoy, como ya había ocurrido durante los cuatro meses precedentes de pruebas, durante los que se habían superado los 500 kilómetros por hora en más de una docena de ocasiones.

Para llegar a los 574,8 kilómetros por hora, Alstom procedió a ciertas adaptaciones respecto a los modelos de serie en el V-150, un convoy de 106 metros de largo y 268 toneladas de peso al que se le pusieron ruedas de un diámetro mayor al habitual (1.092 milímetros en lugar de los 920 habituales), y en el que se cubrió la separación entre los vagones para mejorar la aerodinámica.

En la infraestructura fija, se aumentó el voltaje para alimentar la red de 25.000 a 31.000 voltios para permitir al tren desarrollar una potencia de 19,6 megavatios (o 25.000 caballos) y se incrementó la tensión de la catenaria (de 2,5 a 4 toneladas).

En total, Alstom, la compañía ferroviaria francesa SNCF y el gestor de la infraestructura RFF se han gastado en todo el proceso para lograr el récord una treintena de millones de euros, que esperan recuperar ampliamente en forma de mejora de la imagen de lo que vienen a llamar "la excelencia ferroviaria francesa" y que confían en que se traduzca en nuevos contratos.

Una primera prueba es la licitación para la primera línea de alta velocidad en Argentina (Buenos Aires-Córdoba-Rosario) que debería resolverse para junio, y luego vendrán otros dos mercados: uno en Arabia Saudí y otro en Francia para renovación de algunos trenes de alta velocidad que llevan en servicio desde inicios de los años 80.