Los trenes regionales de Renfe en toda España se encuentran a la cola de Europa tanto en velocidad como en la cobertura del territorio. En comparación con el mapa ferroviario de los otros grandes países europeos, el de España es un desierto. Y en ninguno de esos países, los trenes regionales tardan, como en España, más de dos horas en cubrir una distancia de 150 kilómetros, según un estudio de este diario de los horarios de decenas de trayectos por 12 países de Europa.

MAS BARATO Después de Trenitalia, la empresa ferroviaria estatal del país transalpino, Renfe tiene los precios más bajos de Europa. En el resto de los países del continente un trayecto parecido suele costar más que el doble que aquí y pasa a menudo de los 20 euros.

Respecto a las distancias, en España, por ejemplo, desde Madrid, los trenes tardan dos horas en cubrir los 160 kilómetros a Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), con solo dos paradas, lo que quiere decir que el ferrocarril apenas supera los 80 kilómetros por hora en su lenta travesía de la meseta.

Solo en Portugal, Grecia, Suiza y Austria existen unas líneas donde el tren debe superar, igual que el de Puigcerd , grandes dificultades orográficas, de lo que se resiente la velocidad. Pero son líneas de menor importancia. Incluso en Portugal hay conexiones regionales rapidísimas, sobre todo desde Lisboa, que permiten llegar en menos de hora y media a una ciudad como Abrantes, a 140 kilómetros de la capital.

En el recorrido entre Liverpool a Dudley, el pasajero debe subirse a trenes de tres empresas diferentes en los ferrocarriles privatizados. Pero los dos trasbordos no impiden hacer el trayecto en 1.47 horas. En esta zona norte de Inglaterra existe, igual que en el entorno de Londres, una impresionante y tupida red de ferrocarriles que llega a cualquier municipio de mediano tamaño.

El mapa ferroviario de Francia, Inglaterra, Alemania e Italia da un perfil totalmente opuesto al de España: ahí las redes de raíles van cubriendo casi todo el territorio y no hay rastro del sistema radial que impera desde Madrid y que deja más de tres cuartas partes de España sin una digna conexión ferroviaria.