Cuando dos personas ponen fin a una relación, ambos se enfrentan a un periodo de adaptación. Las emociones que se sienten son similares al proceso de duelo tras el fallecimiento de un ser querido. Realmente hay una serie de pérdidas, emocionales y físicas, y la rutina se rompe por completo. Esto es especialmente importante cuando la relación ha durado varios años y ha habido una convivencia. Las emociones que más aparecen son el temor a la soledad, la tristeza, la rabia o el miedo. Al verse vulnerada la vida de la persona, la autoestima también sufre. Nos vemos sin recursos para continuar y creemos que nos costará mucho poder volver a ser felices. De hecho, algunas personas sienten la creencia inicial de que nunca se repondrán.

La autoestima es el pilar sobre el que se sostiene nuestro bienestar emocional. Dirige nuestros pensamientos y aparece unido a nuestras emociones. Ante eventos estresantes, como puede ser una ruptura o un divorcio, sufre y se debilita. Esto dificulta aún más que se pueda pasar página. Sin embargo, hay varias formas de protegerla y potenciarla.

SEÑALES

Los eventos estresantes que vivimos tienen impacto directo sobre nosotros, pero no nos afectan a todos por igual. Ante un mismo hecho, puede que una persona vea como su autoestima baja mientras que otra persona la tiene intacta. Esto se debe a que cada uno parte con una serie de herramientas que ha ido adquiriendo y que haría que se pudiera enfrentar tanto al día a día como a sucesos aislados importantes.

Hay una serie de señales que aparecen tras una ruptura y que nos indicación que nuestra valoración personal ha bajado:

CUIDARNOS MÁS

Cuando dejamos de tener una pareja, hay un espacio de tiempo que nos parece vacío y que no sabemos cómo llenar. Todo a lo que estábamos acostumbrados se ha perdido, aunque las otras partes estén intactas. Es una visión subjetiva de soledad y, en muchos casos, de desesperanza. La autoestima se encuentra en un nivel muy bajo y debemos volver a reconstruirla.

A través de las siguientes pautas podremos mejorar la autovaloración después de una separación:

1. Conversaciones constructivas

Al separarnos, necesitamos desahogarnos y expresar lo que sentimos. Esto puede acabar degenerando en un bucle de conversaciones negativas centradas en la queja. Para ello, es necesario que no todo gire en torno a lo mal que nos encontramos. Para que pueda haber un equilibrio, dedica solo unos pocos minutos cuando estés con otra persona a desahogarte. El resto del tiempo deberá haber una conversación más constructiva.

2. Conectar con las emociones

Lo que más dificulta el duelo es la mezcla entre la rabia y la tristeza que a veces se siente. Mientras que la primera nos hace sentir que es injusto lo que nos ocurre, la otra nos ayuda a superar lo que nos ha pasado. Solo la tristeza tiene la función de reparar una pérdida. Nos ayudará deshacernos de la rabia en este caso.

3. Aprendizaje

Toda relación ha tenido una serie de aprendizajes por ambas partes. Aprendemos qué hemos hecho mal o qué hemos consentido en el otro y que no nos hacía bien. Es momento de quedarse con esos aprendizajes y usarlos en el futuro.

Las separaciones son momentos de crisis vitales que afectan a todo el mundo. Hay algunas más traumáticas y la soledad o el miedo hacen que la autoestima baje. Debemos siempre protegerla ya que, gracias a ella, podremos superar mejor lo que nos ha ocurrido.

* Ángel Rull, psicólogo.