Tres operarios fallecieron por inhalación de gases tóxicos el viernes pasado en el interior de un colector industrial al no llevar equipos de respiración autónoma, según los bomberos que rescataron los cuerpos. La autopsia reveló que los tres obreros, que fueron hallados a las ocho de la mañana de ayer en el colector, situado en el barrio de Vadorrey, de Zaragoza, inhalaron hidrocarburos procedentes de la fermentación de las aguas residuales de una fosa séptica.

El jefe de obra, José Cotoré Ruiz, de 53 años, y los peones Valeriano Larraga Lacilla, de 43, y Celso Giovanni Ordóñez, de 25, estaban trabajando en la construcción de un colector para la papelera Saica, junto a los puentes del ferrocarril del AVE y el tercer cinturón de Zaragoza.

Según fuentes de la investigación, Celso Giovanni bajó al colector para recuperar las piezas de encofrado. Pese a llevar una mascarilla, debió perder el conocimiento por la emanación de gases, lo que provocó que sus dos compañeros descendieran sin protección con el fin de rescatarlo. El suboficial de Bomberos Javier Fuertes apuntó que una mascarilla es "insuficiente" para protegerse de las emanaciones de gases tóxicos.

LA ARQUETA

Fuertes explicó que los tres cuerpos yacían en fila en la arqueta, a unos 3,5 metros de la salida. El gerente de la empresa Transportes y Excavaciones Río Valle, de Tudela (Navarra), Antonio Vallejo, explicó que el encargado llevaba 26 años en la firma y tenía experiencia en la construcción de colectores. Vallejo indicó que la mascarilla estaba homologada y había sido "recomendada" por el coordinador de seguridad, que el viernes supervisó los trabajos.

La alarma sobre este accidente la dio la familia de uno de los desaparecidos, que hacia las 20 horas del pasado viernes informó a un compañero de la empresa de que el empleado no había regresado a casa.

En lo que va de año, han fallecido en España 10 personas intoxicadas por gases de fosas sépticas.

El secretario general de UGT en Navarra, Juan Antonio Cabrero, informó de que iniciarán una investigación para comprobar si los trabajadores fallecidos habían recibido una formación correcta.