GANADERIA: 6 novillos de Luis Terrón, Vegahermosa, Zalduendo, Daniel Ruiz, Fuente Ymbro y Hererderos de Bernadino Píriz, que dieron juego desigual, Al 3º y 5º se les dio la vuelta al ruedo..

La magia de Olivenza brotó ayer en una magno festival, lujoso por el ganado y lujoso por los diestros que en él intervinieron. Hubo un animal maravilloso, el de Zalduendo; otro espléndido, el de Píriz, otro muy bueno, el de Fuente Ymbro. Y porque el de Daniel Ruiz se lesionó, porque también prometía. Después hubo otro manejable pero soso, que fue el de Vegahermosa, y el de Terrón no fue fácil pero se dejó.

A ese balance ganadero respondieron los toreros dando lo mejor de sí. Antes se anunciaron en un festival, que seguro que se repetirá en años sucesivos, y que servirá para que los ancianos acogidos por la Casa de Misericordia tengan una vida digna. Todo un detalle de la generosidad del mundo del toro.

Abrió plaza Joao Moura y estuvo solvente ante un toro de Terrón que recortaba en sus embestidas. Sacó en banderillas al tordo Belmonte, y un par al quiebro soberbio en los medios y los remates cabalgando de costado, fueron lo mejor de una convincente actuación.

SOSERIA El novillo de Vegahermosa que lidió Rivera Ordóñez, bonito de hechuras, tuvo un punto de sosería. Mansito, lo toreó cerca de las tablas. Fácil el torero, hubo muletazos ligados, en un trasteo que no pudo ser mejor por la condición del astado.

El tercero fue un gran toro. Tenía ya los cuatro años cumplidos y, por lo reunido de su estampa, anunciaba que no podía fallar. Y no falló pues fue bravo de principio a fin. Y a ese toro correspondió Antonio Ferrera con un inspirado tercio de banderillas y una gran faena. Dándole sitio y llevándole por abajo, afloró un toreo de temple y ligazón. Paseó el torero los máximos trofeos y al burel se le dio la vuelta completa al ruedo.

El cuarto era otro toro por cuajo. Hizo cosas muy buenas en el capote de El Juli pero la mala suerte es que se lesionó. Contrariedad para el diestro ya oliventino de adopción, que supo llevarle con gran dulzura, para pasear un trofeo.

El diestro Miguel Angel Perera lidió un novillo de Fuente Ymbro, bravo pero mirón. Tuvo la virtud de atender a los toques y el extremeño le dio primero sitio, y así le cuajó espléndidos muletazos por abajo. Después acortó las distancias en un trasteo de gran intensidad, con voltereta incluida. También paseó el rabo y se repitió la vuelta al ruedo al astado.

Y con el gran novillo de Píriz estuvo francamente bien Jaime Martínez. El joven novillero tiene un buen concepto del toreo, de mano baja y trazo largo, y de ese tono fue su larga faena. Tardó el novillo en morir y los dos avisos no empañan una labor de alto contenido.