La sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) estudiará el próximo martes las presiones vecinales recibidas por la juez de Berga para encarcelar a los implicados en el apuñalamiento mortal de Josep Maria Isanta. La juez tuvo que interrogar a los sospechosos en la comisaría de la policía autonómica porque los vecinos habían rodeado el juzgado.

La presidenta del TSJC, María Eugenia Alegret, defendió ayer la actuación de la juez, aunque consideró que se había intentado intimidarla. A pesar del llamamiento a la calma hecho por diferentes colectivos de Berga, ayer volvieron a aparecer pintadas intimidatorias contra el abogado Ramon Cobas, que ha defendido a cinco de los acusados. Cobas dijo que a principios de semana recibió mensajes "amenazantes" en el contestador de su teléfono profesional.