Wall Street vivió el pasado viernes una apasionada mañana de negociaciones en torno a Tweeter, una empresa en crisis que nada tiene que ver con Twitter, pero que gracias al parecido de sus nombres capitalizó el interés despertado por la próxima salida a bolsa de la red social. Tweeter Home Entertainment Group, compañía de productos electrónicos declarada en bancarrota en 2007, experimentó tres horas y media de gloria inesperada que los analistas terminaron por achacar a la ceguera de algunos inversores demasiado ansiosos por comprar títulos de Twitter, que aún no están disponibles.

Confusión

La confusión llevó a que las autoridades optaran por suspender la cotización de Tweeter poco después del mediodía, para entonces sus activos ya habían ganado un 684,6 % con respecto a su precio de apertura. El jueves una participación de Tweeter, de símbolo bursátil TWTRQ, costaba menos de un céntimo, ahora vale algo más de cinco, aunque en un momento llegó a negociarse a 15 céntimos.

En total se realizaron más de 14 millones de intercambios de títulos de TWTRQ, el mayor volumen desde que hace seis años entrara en quiebra, y todo menos de 24 horas después de que Twitter hiciera público que saldría a bolsa con la nomenclatura TWTR.