Twitter no admitirá anuncios de contenido político en su plataforma a partir de ahora, tanto de candidatos como de partidos o de movimientos, ha anunciado el CEO de la empresa, Jack Dorsey.

Dorsey, considerado un tipo particular en el ecosistema del Silicon Valley, afirma que prefiere que los mensajes políticos se ganen la audiencia por la importancia que les den los usuarios cuando deciden seguir ese tipo de cuentas o los comparten. "Pagar por llegar más lejos elimina esta decisión, forzando mensajes políticos muy dirigidos y segmentados. Creemos que esta decisión no tiene que estar influida por el dinero", ha anunciado en un hilo en Twitter.

Con este anuncio, que entrará en vigor el próximo día 22 de noviembre, ya después de la campaña de las elecciones generales españolas pero antes de la campaña electoral estadounidense prevista para el año próximo, Dorsey quiere distanciarse también de Facebook, con quien ya había divergido en otras ocasiones. Ambas compañías están en el punto de mira tras escándalos como el de Cambridge Analytica o en la difusión de propaganda terrorista, de delitos de odio y noticias falsas, sobre las que la Comisión Europea les ha ido exigiendo más control.

Sin citarlos explícitamente, Dorsey alude a los riesgos derivados de las prácticas desarrolladas desde la plataforma rival: optimización de los anuncios a partir de inteligencia artificial y micro targeting, información sesgada y torticera, y noticias falsas. "Todo a cada vez más velocidad, sofisticación y escala", alude, que ponen en apuros al discurso cívico y a la política.

Hipocresia de cobrar

"Estos retos afectan a toda la comunicación de internet, no solo a los anuncios políticos. Mejor focalizar nuestros esfuerzos en los problemas de base sin la amenaza adicional y la complejidad que supone cobrar por ello. Intentar fijar ambas cosas significa no fijar bien ninguna, y daña nuestra credibilidad", afirma.

El ejecutivo alude a la ética para justificar su decisión. "Por tanto, no es creíble que digamos: 'Estamos trabajando duro para parar a la gente que usa nuestros sistemas para diseminar información engañosa pero si alguien nos paga para que forcemos a la gente a ver nuestro anuncio político... bueno... entonces pueden decir lo que quieran", escribe.

Dorsey admite que los anuncios en Twitter son una parte pequeña del ecosistema de la publicidad política, pero afirma que "hemos sido testigos de cómo muchos movimientos sociales han alcanzado escalas masivas sin ningún anuncio. Confío en que esto aumente", señala. El CEO de Twitter reclama también que haya una regulación de la publicidad política, aunque admite que es "muy difícil de hacer". Asegura que solo admitirán publicidad para acudir a votar o a registrarse electoralmente (algo necesario en el sistema estadounidense).

"No tiene nada que ver con libertad de expresión. Es sobre pagar para llegar a otros. Y pagar para aumentar el alcance del discurso político tiene ramificaciones significativas que hoy en dia la infraestructura democrática puede no estar preparada para manejar. Vale la pena que demos un paso atrás para encauzarlo".

Twitter y Facebook habían desarrollado campañas para eliminar el spam político desde cuentas falsas y admitieron ante el Senado de EEUU no haber estado preparados para defenderse contra la manipulación de su plataforma con fines partidistas.

Los usuarios de Twitter han acogido el anuncio con satisfacción pero en Bolsa el valor ha comenzado a caer.