La exportación a la UE de ganado, carne y productos lácteos procedentes del Reino Unido quedó ayer suspendida por tiempo indefinido, como "medida de precaución" para evitar la propagación en el continente de la fiebre aftosa.

La Comisión Europea adoptó ayer una "decisión de emergencia" tras detectar el pasado viernes un brote de ese virus en una granja de Surrey (sur de Inglaterra). Un segundo caso de animales que podrían mostrar síntomas de fiebre aftosa fue detectado ayer dentro de las zonas de protección alrededor de esa granja de Surrey.

A petición de las autoridades británicas, Bruselas acordó que todo el Reino Unido, salvo Irlanda del Norte, sea considerado "zona de alto riesgo" y por tanto se impida la exportación desde ese territorio al resto de la UE de animales vivos (vacas, ovejas, cerdos y cabras), así como de carne y productos lácteos.

BROTE Se trata de una medida más restrictiva de lo habitual solicitada expresamente por las autoridades británicas, dado que generalmente en estos casos sólo se decreta la prohibición de venta de la carne, leche y derivados procedentes de la zona próxima al brote, explicó en rueda de prensa el portavoz comunitario de Sanidad, Philip Tod.

Los animales y productos lácteos procedentes de Irlanda del norte podrán venderse en otros estados miembros siempre que vayan acompañados del respectivo certificado de sanidad y se advierta a la autoridad veterinaria del país de destino con tres días de antelación, precisó la Comisión en un comunicado.

Tampoco el resto de países miembros podrán exportar al Reino Unido animales vivos que entren en la categoría afectada por la prohibición.

Para reducir el impacto económico de las medidas, la Comisión admitió una derogación para ciertos productos, que podrán seguir exportándose.

Así, se salvarán de la prohibición los productos cárnicos fabricados antes del 15 de julio, aquellos que hayan sido sometidos a un tratamiento que asegure la inactividad de todo posible virus (como el calor), o los que hayan sido producidos en Gran Bretaña, pero a partir de animales criados fuera de ese territorio. La decisión de ayer confirmó además las zonas de protección de 3 kilómetros y de vigilancia de 10 kilómetros en torno a la granja afectada.